martes, 18 de diciembre de 2007

ANTINAVIDAD, QUÉ TÍOS


ANTINAVIDAD

Uno de los problemas de la pervivencia de las civilizaciones es la persistencia de la historia de los tontos. Al observarla, otros tontos de mayor rango han concluido una síntesis inapelable con la que hicieron verdades de consumo y de anticonsumo. De este modo, de cada cinco pensadores del Tercer Milenio, cuatro y medio están convencidos de que la Historia es Cíclica. Se trata del Eterno Retorno materialista de Nietzsche: con los eones, decía, llegará el día en que todos los átomos del universo volverán a ocupar la posición de hoy y todos estaremos en boga de nuevo. Y es verdad, si hay suficiente tiempo, porque Nietzsche no era matemático ni le embaucaba la propaganda: de lo cotrario hubiera comprendido que hay más átomos en una gota de agua que estrellas en la creación y que sólo la eternidad es el límite para los años que habría que esperar a que los escurridizos átomos se agruparan como ahora mismo están.

Otro de los discípulos de Hegel fue Marx, mucho menos inteligente que Nietzsche y, por lo tanto, más práctico. Hay que dudar que percibiera el problema del factor tiempo en el Eterno Retorno, pero al hombre le gustaba también ver el mundo como pura mecánica, como un automatismo inevitable de la naturaleza: por ello decidió que, sin necesidad de esperar eones, la historia se repetía sin la ayuda del átomo. ¡Era tan sencillo aplicar las teorías evolutivas no sólo a los bichos y al hombre, sino a los hechos de los hombres, que son la Historia!

La idea era muy buena si se tenía que explicar a la bobería internacional; porque en el Siglo XIX, tras la francesada europea, quedaba poca gente dispuesta de mirar con cuidado el universo y muchísima decidida a comulgar con lo que el poder pensara, aunque pensara en las musarañas. Tras las catástrofes, las personas meditan sobre lo que se les manda, y la idea cíclica de Marx, mezclada con unos pellizcos de mesianismo, entraba muy bien, como el vino dulce: En un principio –se resume- había tíos con garrota y mujeres poco exigentes, que es no conocer a las mujeres, que siempre hilan fino. Así aparecieron las gens, o sea, una familia con un Padre, de la que, con el tiempo, llegaban a depender, como clientes, otras familias emparentadas. Piensen ustedes en Abraham y se harán una idea. Más o menos diez gens hacían una decuria y en ella había lazos de parentesco lejanos pero eficaces. Y unas treinta gens hacían una tribu. La vieja Roma tuvo tres tribus y sus Pater Familias tenían derecho de horca y cuchillo sobre los familiares.

Todo estaba muy bien pensado, pero en el vacío: El hombre solitario robaba una mujer y se establecía. De su familia, por esquejes, nacían otras y se organizaban todos en gens. Aún hoy decimos a veces que “Es buena gente” en lugar de la modernidad de “Es de buena familia”. Una evolución marxista perfecta que de la gens pasaba a la tribu, de la tribu a la ciudad y de la ciudad al reino, o sea, del Patriarca al Caudillo y de éste al alcalde. Siempre más o menos: hay que recordar que se trata de pensamientos torvos del Siglo XIX.

En cualquier caso los lazos entre las personas eran vagamente familiares y los cargos sociales se traspasaban entre la misma familia. Miren a Jerusalem, que era hacia donde miró Marx, y verán que tipos como Anás y Caifás eran de la misma familia y que siempre era así. De ahí a imaginar que los primeros jerarcas de la sociedad fueron los sacerdotes no había distancia, así que, tras la primera evolución del hombre solo al grupo, sucedió la segunda, centrada en los jefes: Primero mandaron sacerdotes, luego sacerdotes-jueces y vinieron los reyes-jueces. Todas clases elevadas y hereditarias, reservadas a ciertas familias. Todavía entre nosotros para ser rey ha sido necesario pertenecer a la familia Borbón que, en la antigüedad y en Francia, curaba los lamparones como señal de ser lo que eran por la gracia de Dios.

La tercera evolución marxista, vista desde el Siglo XIX, se refería a la clase social: de los reyes familiares por la gracia de Dios, la Revolución había pasado a los ciudadanos, especialmente a los ciudadanos propietarios: de entre ellos, que sabían leer y algo de cuentas, salían los cargos públicos y los Presidentes. Pero seguía siendo un asunto familiar y la base extensa de la pirámide, el pueblo, seguía en las mismas condiciones que el pueblo de los reyes y el de los sacerdotes. Metió mano indecorosa a su maestro Hegel e hizo a la historia una dialéctica, que hoy se llamaría, aproximadamente, una sinergia. La tesis eran los Reyes de una misma familia, o sangre real. La antítesis, la clase media enriquecida, sin sangre real pero con capacidad para decapitar a los reyes. La síntesis sería, pues, que la clase popular, la que con su obediencia daba el poder a unos o a otros, fuera oficialmente lo que era en la realidad: el poder, y de ahí se inventó el grito el sr. Guerra: “Too pal pueblo”. Quedaba inventada la Clase Burocrática. O sea, el papeleo.

Estaba claro, para los primeros sacudidos por la doctrina marxista, que se había terminado el dicho de que “caduno es caduno y cadacual con su cadacuala”. Todos iguales. La nación territorial pasaba a campo comunal y se gobernaría en nombre del pueblo. Mal comparado, como los romanos: Senado y Pueblo de Roma. Pero sin senado, que, en adelante, sería el partido único, el conducator, el führer, el duce, el que pastorearía a la gente hasta llegar a los campos de promisión, una sociedad sin propiedad y sin jefes, donde el hombre nuevo haría todo por desinteresada solidaridad, dentro de un mundo intensamente moral y cooperativo.

A todos los efectos intelectuales, incluido el Cociente de Inteligencia, el valor de aquel pensamiento utópico, materialista y estrábico, era el del conocido dicho “átame esa mosca por el rabo”, o, quizá, el de este otro: “aquí me las den todas”. Pero demostró una vez más que cuanto más disparatada es una teoría falsa, una mentira, mejor se la cree la gente, mejor se la traga aunque tenga un amargo sabor.

Con esto bien esclarecido, hemos de volver a lo que se decía al principio sobre la Historia Cíclica. La Historia, tan impalpable, pensaba por su cuenta, como la Evolución por la suya: Palabras, puras palabras que, como las demás, carecen de órganos con los que hacer planes. Pero la naturaleza humana es animista y un punto animal. Hoy, mentes hechas y derechas, o izquierdas, creen firmemente que la historia se repite, una y otra vez y que sólo dejará de hacerlo o cuando se alcance le sociedad feliz y comunista, o cuando, según Fukuyama, se haya alcanzado el máximo de libertad, de justicia y de riqueza, que es ahora: no se puede ir más allá. Non plus ultra. ¿Y si estamos en lo mejor posible, por qué cambiar? Así pensaba el doctor Pangloss, de Voltaire, en Cándido: el mejor de los mundos posibles. De donde se deduce –y perdónenme los afectados- que la Historia cíclica y el modo en que se estabilizará como una batería de vasos comunicantes, es una teoría no sólo falsa, sino reaccionaria que permitirá detener la sociedad en nombre del progreso y dedicarse a aplanar lo pasado hasta que quede llano y conforme con la teoría. Es de temer que nuestros socialistas de la corte zapatera, creen en la historia de repetición y creen que la dialéctica nos conduce inevitablemente a la República por orden de las inaplazables leyes de la materia. Y de las de la mala leche vengativa sin causa. De sobra saben que los malos eran ellos.

Sin embargo, la historia parece repetirse. Con los ojos desnudos se ve que la Primera República, con la acusación de envenenar las fuentes, se cargó tantos sacerdotes como pudo; y que la Segunda, con el asunto de los caramelos envenenados, hizo igual. O sea, eso es una clara repetición y habría qué ver lo que los sacerdotes envenenarían en la Tercera para conseguir ser asesinados. Algo semejante pasa con las dos Guerras Mundiales, los mismos bandos enfrentados y la intervención tardía de los Estados Unidos. Hasta con la “Emigración del Poder Mundial”. El Imperio ha seguido el camino del sol y de Persia fue a Grecia y de ella a Roma, y de Roma a España y a Inglaterra, hasta aposentarse temporalmente en los Estados Unidos, donde seguro que hay algún subcomité estudiando cuándo y por qué pasará a la China.

Hay que recomendar a los amigos algo muy sencillo en la edad de la Biología: Volved al “Gen”; admirad la doble hélice y, si es necesario, considerad a la Oveja Dolly, aquella santa. Porque la historia no puede repetirse: no es consistente, no tiene celebro ni mente y no es más lista que quienes se inventaron este estropicio del pensamiento claro. Volved al gen y preguntaos por qué de un Progenitor A y un Progenitor B rubios, nace un vástago rubio. O por qué muchos heredan las orejas del padre o el sexo de la madre Y aquello de los guisantes rugosos de Mendel. ¿Por qué, tras años de evolución para la supervivencia de los mejores, el universo mundo está rebosante de miopes, astigmáticos, daltónicos, hemofílicos, diabéticos, “cataráticos” –por así decir- colesterosos, sordos, ciegos y la demás gimiente estirpe de los enfermos? ¿Es que evolucionamos hacia la enfermedad? Nada más se añadirá porque, hoy, burlarse de la evolución, del gran simio y del pensamiento organizado sin origen, se pena con la burla mundial en los medios o con encierros en el archipiélago GULAG de cada nación.

Pero en el mundo inteligente lo que sí se repite sin cesar es el hombre mismo, que no es único ni intransferible. En las familias reaparecen no sólo características físicas sino intelectuales, y las hay con gran abundancia de vástagos inteligentes como las hay con sobredotación de asnos. Además, adónde no llega el gen llega la educación masiva obligatoria, donde se inculcan como reales hechos y teorías sin demostración y donde se da por fábula el tesoro de la metafísica. O sea, en el siglo XIII se enseñaba en las “scholas” de la Iglesia (las únicas) que el sol giraba en torno a la tierra exactamente igual que hoy la legión de maestros graban, en los cerebros en blanco que les han confiado, que sólo es posible la libertad si se participa a través de partidos políticos.

Es el caso que muchos tipos de hombre sí se repiten. Somos cíclicos de mala manera, y está bien estudiado que las personas de una forma de ser determinada, apopléjicos, asesinos, ladrones, falsarios o, en moderno, anales, leptosomáticos, psicópatas, cerebrotónicos y demás, se han portado de forma semejante a lo largo de los siglos. Por ejemplo, Godoy, Príncipe de la Paz, era un pícnico, lo mismo que Moratinos, ministro de Exteriores. ¿Se ha estudiado la semejanza o desemejanza de sus ideas naturales?

El tonto, el imprudente, el irreflexivo, el iracundo, el avaro, el espeso, son de repetición. Siempre los ha habido, como los orangutanes. Y si la historia parece repetirse es porque acaba en manos de personas muy semejantes a las que la protagonizaron a lo largo de los siglos. El buen gobernante trae buenos tiempos; y el malo, malos, y ese es todo el secreto, una vez que se acepta que esos tipos de repetición alumbran ideas repetidas, aunque convencidos de su genial novedad. Por eso las Repúblicas Españolas matan curas y cristianos y los matarán si regresan. Por eso Alemania se vuelve contra Francia sin remedio, y viceversa. Por eso la gente que quiere dar derechos a los “grandes simios” es gente que no suele amar a los animales ni ha crecido con ellos en casa. Por eso hay hombres que buscan y hombres que se conforman. O sea, porque la Historia es irrepetible en sí misma, pero los tontos no: o se les ocurren simplezas o las roban de un manual de filosofía.

Y así es como se llega al título extraño de Antinavidad, que en el original viene como “Antinadal”, o sea en catalán. Y viene en un periódico de la Iglesia, de una diócesis que no es catalana pero que anda trastornada y en malas compañías socialcomunistas, con agravantes separatistas. En ese periódico, o Diario Menorca, viene, a dos columnas, una entradilla en negrita: “Arte contemporáneo con ganas de provocar cambios”, y, debajo, a cinco columnas, “ «Antinavidad» como alternativa a los excesos”, donde, claro es, no se habla ni del nacimiento de Dios ni del solsticio siquiera. Dicen Antinavidad y, como buenos clerical-socialistas, se dedican a la crítica de las actividades comerciales de estas semanas: que si árboles, que si camellos, que si reyes, que si consumo de cosas inútiles… Nada, por supuesto, del consumo de ideas inútiles, porque para dar un palo al consumismo no hace falta hacer una Antinavidad sino una Navidad cierta: La Renovación del universo con el hombre a través de la fe. El origen mismo de la fe, que es la que da valor y comprensión, y el principio de la redención.

Pero esta Antinavidad es otra cosa, aunque enmascarada. Comienzan estos genios por algo con lo que simpatizar: “Que se pueda vivir libremente sin que uno se sienta en la obligación de ser feliz porque ese día toca (serlo)”. No lo dicen, por ejemplo, cuando los pueblos “arden en fiestas” y todos hacen el bestia precisamente porque “toca”. Ni abominan del domingo o de sabbat. Lo que duele es que en Navidad toque la felicidad, quizá porque esa fiesta es un movimiento del espíritu hacia la verdad que es la que gobierna la libertad”.

En la fiesta de inauguración se invitaba a “calimocho” (escrito Calimotxo) y a “gusanitos mix”, o sea, una fiesta de la gusanación, con presencia de músiva en conserva y de un acto cultural de primera especial. Un espectáculo casi insólito: “Grafitti en directo, de las manos de Osiris”. Osiris, si no hay error u omisión, es un señor con camisa de leñador, a cuadros, que cubre sus notables facciones con un filtro de pintor en masa.

Veamos: llegan los convidados, se atizan un calimocho en vaso –o a morro, dado el estilo cultural-, muerden algunos gusanos desprevenidos y contemplan como Osiris, notable de la Antinavidad, pinta a “espray” varios metros cuadrados. La parte que se ve en la foto del reportaje contiene, arriba, las siluetas de tres camellos negros. A media distancia, una $, de dólar enorme, del que cuelgan bolas navideñas, lucecitas de colores y, en lo alto, la estrella de Navidad. A su sombra, un Papá Noel enseña u ofrece una bolsa de dinero a un soldado de cuya nariz cae un carámbano, seguramente o sangre o moco. Y al lado, otro soldado con dentadura de piraña se abalanza contra algo que la foto no deja ver, mientras le sale por la nariz lo que parece un chorro de fuego. ¿Y si alguien explicara a Osiris que la $ es un símbolo trincado a España donde los palotes verticales son las Columnas de Hércules, y la forma de S la cenefa en que se lee “Non Plus Ultra?” Claro que, a lo mejor, tienen esa furia anti-estadounidense porque saben que el águila calva de su escudo lleva en su garra izquierda un haz de flechas.

Parece que la Antinavidad está servida con su opresión al pueblo, sus símbolos comerciales, sus militares asesinos y su imperialismo capitalista coronado por la estrella de Belén. No se nota bien pero, viniendo de quienes viene, es posible que esos soldados salvajes no sean árabes ni americanos, sino israelíes, porque las izquierdas españolas, por algún misterio que se me escapa, son antisemitas hasta el tuétano, o sea hasta el cerebro que es el tuétano de la cabeza. Esta es, como se ve, toda la originalidad posible con el empleo de los símbolos consagrados por la tozudez: abajo los Estados Unidos, abajo el dólar, abajo los ejércitos y abajo la Navidad. Los tres camellos, sin reyes encima, son un adorno para que la gente se percate que eso pasa en Oriente.

Estos antinavideños no quieren que nadie les obligue a ser felices en determinadas fechas; ni siquiera a tener ideas nuevas durante ellas y pintan a aerosol, como con aerógrafo, los símbolos de lo que hace desgraciada a la humanidad: Estados Unidos y, quizá, Israel, y hasta se comprende lo natural que es que se publique en un periódico de la Iglesia bajo el título de Antinavidad. Es la osadía de la juventud a la hora de repetir las consignas del siglo pasado. Falta, sin embargo, algún plutócrata devorando las ovejas del portal, algún alcalde extrayendo los tributos de pastores maniatados, algún Mig-21 bombardeando con martillos y hoces de caramelo y la vieja imagen de la República, con su corona mural, enseñando las tetas a un puñado de milicianos. Y judas. Falta Judas.

También falta, en lo alto, un falso ángel, con alzacuellos, pendiente de una cuerda transparente, desplegando un papiro –o un palimpsesto de los apócrifos- que diga « Social-Nacionalismo en la tierra a los hombres de poca voluntad”. Ya les gustaría, ya, que el mal de caletre arrasara la civilización, pero es sabido que el Social-Nacionalismo, si bien sabe como derribar, no tiene idea de cómo se construye una sociedad justa. Todas le salen campos de concentración. Incluso en Navidad.

Arturo ROBSY

viernes, 14 de diciembre de 2007

CARTA AL BURDEL

Tengo la suerte de ser auxiliado y educado en historias a las que no alcanzaba por mi Coronel D. Jesús Flores Thies, que me envió ayer este dibujo de D. Mariano Izquierdo Vivas, un notable pintor del que puede que no hayas oído nada. Y es natural que nadie hable del que pintó "Los fusilamientos de Paracuellos", obra de gran porte que estuvo muchos años en el Museo del Ejército pero que, como por casualidad, no aparece en las nuevas dependencias del Alcázar de Toledo. En la parte baja del marco se leía: "Español: perdona pero no olvides nunca". Bien perdido ha quedado; que se sepa que hay cosas que no se pueden decir tan crudamente ni entre gente agachadiza. Lo suyo sería decir "Español: olvida, pero no perdones nunca". Con mentalidad actual.

Mi Coronel von Thies, que cree en los juramentos prestados, tan vigentes y atropellados, me envía, junto al dibujo, esta carta que ha mandado a lo que llama "el burdel de la Carrera de San Jerónimo". Sin número, diría yo. Y lo curioso es que así, sin más señas, la gente piensa en el mismo sitio, el de los inútiles leones.

Os copio una carta seria y brava a la vez, lo que no suele prodigarse.

Arturo ROBSY


Te mando la carta que he enviado al burdel de la Carrera de San Jerónimo
"von Thies"



Hace tiempo, cuando se pergeñaba la infame ley de la falsa "memoria histórica", traté de que en ese Congreso se nos oyera a quienes considerábamos que lo que se iba a hacer era una barbaridad,. Queríamos exponer nuestras opiniones sin los tapabocas de los partidos políticos que sólo representan a los partidos políticos. No hubo respuesta. El español es un elemento que paga impuestos y vota cíclicamente, fuera de estas dos maravillosas actividades es sólo un número o un nombre en los numerosos archivos informáticos del "Gran hermano" que controlan hasta nuestra respiración. Pues bien, como español, con los suficientes años de vida para haber conocido lo que fue aquella siniestra república que acabó, gracias a la victoria del Ejército Nacional, con la época de los rufianes del Frente Popular, con sus persecuciones religiosas, asesinatos masivos y genocidas, saqueos, depredaciones, destrucciones y robos del Patrimonio Nacional, el despojo de Museos, Bibliotecas, Cajas Privadas de los Bancos, Montes de Piedad, casas particulares..., etc, etc, yo, español de España (nada de estado plurinacional ni otras mandangas engañosas), les niego autoridad moral para legislar nada, ni nunca. Los que os consideráis herederos de aquellos asesinos de la república del Frente Popular, no sois nadie para imponer vuestros complejos de derrotados a toda la sociedad española. Para mi no existe esa ley, que nunca aceptaré por inmoral, antiespañola y antilógica. Podéis seguir escupiendo sobre esta triste España que os tiene que soportar por aquello del voto y de la mitad más uno, pero vuestros salivazos no me alcanzan. Un mínimo de dignidad es mi pantalla blindada.

Que Dios os confunda.

Jesús Flores Thies

Coronel de Artillería-retirado

DNI XXXXXXXX

Barcelona

Y no hay duda de que Dios ha confundido a muchos y de las formas más diversas.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

LEYES VAN DO QUIEREN ALCALDES

LEYES VAN DO QUIEREN REYES y asimilados.

Esto es parte de la sabiduría popular española condensada en el refranero, pero también de los conocimientos mundiales de sociología del oprimido.

Milenios de padecimiento de leyes y de reyes lo corroboran y son pocos los momentos humanos que han estado libres de esta costumbre. Quien dice "reyes" dice además presidentes, autócratas, validos, grandes compañías o sátrapas. Alcaldes y guardias municipales de Harrelson.

Sencillo mecanismo: se escriben grandes principios con potentes apelaciones a justicia y libertad. Desde esos principios dicen que se hacen las leyes y, cuando te enteras, te prohiben afirmar alguna virtud de Franco, por ejemplo, y mucho más comparar justicias mejores con esta de ahora.

Debes por tu bien, además, procurar pensar como se debe, o sea, como ellos, que creen tanto en la libertad si, previamente, eres socialcomunista. Si no, ni agua. Si no, hostigamiento con cargo al presupuesto del estado o del municipio. Desdichado el hombre que no nace rojo, y peor si, además, no es tonto".

Contra mi casa y contra mí -disculpa que hable de mí un poco aunque no tenga el ego inflamado del cacique- se han hecho algunas maravillas famosas en tierras de socialistas sueltos. Me pusieron ante la puerta principal, apenas a un metro de ella, tres contenedores para basuras. Los guardias municipales sólo sabían decirme, en cumplimiento de la ley, que se trataba de "una decisión política". Eso lo justifica todo. Pero era una concejala roja que nos quería hacer pagar nuestra notable desafección. Han dado permisos que dejaban nuestra casa hundida y sin luz entre edificios, como en el fondo de un abismo y han perdido un expediente que empezó el inspectosr, con fotos y todo. Han reformado de tal modo la recogida de aguas pluviales que, cuando llueve, nos llegan a casa (y la inundan) infinitos metros cúbicos de mala baba. Inútil protestar. Inútil todo, porque debo comprender que ellos mandan y que yo debo callar pero que, aún callando, me la he ganado. Pueblerinos duros de mollera y fanáticos como obispos luteranos.

Hecho el retrato de esas gentes, muy por encima, paso a lo que me sucedió hace apenas un mes. Es divertido aunque indicativo, por decirlo de un modo sociológico.

Llegan dos guardias municipales del municipio socialista: el poli bueno y el poli malo. El poli bueno se pasa la escena en silencio, pero sonríe comprensivo. El poli malo empieza la actuación golpeando la puerta como un ariete de esos que se usan para echarlas abajo. La puerta, además, está entreabierta, es decir que no hace falta ser tan rudo y poderoso. Desde el interior, un familiar impedido dice repetidamente "Adelante" y "Está abierto". Ni flores. Sigue el asalto.

De alguna profundidad lejana llego, abro y me hago cargo de la visita. En teoría aquellos dos números se presentan para avisarme de que alguien -y me niegan saber quién- vió "ayer" un chorro gordo de agua en mi jardín. Me avisan por si es una fuga de la red y me piden explicaciones. Digo que nada de chorro porque "ayer" no llovió y esos chorros son las aguan de lluvia que han dirigido cuidadosamente para inundarme la casa.

¿Misión cumplida? Oh, no. El poli malo me pide entonces el DNI. Le digo que otra vez será,hermano. No hay razón para que el guardia que viene a darme un aviso, que es de agradecer, me pida la documentación, habida cuenta de que sabe en casa de quién está y, por lo tanto, con quién habla y a quién pretende fastidiar.

-Ustedes son del Ayuntamiento y allí disponen de todos mis datos. Se llama ventanilla única, o así.
-Yo no soy del ayuntamiento, me responde, quizá con encriptación, porque, al menos lleva uniforme municipal y gorra con ajedrez.
-Si usted lo dice...
-Además -ojo al dato- es para mi propia base de datos. No le tengo visto a usted

¿Hace falta explicar lo que contiene una frase como ésta? Aquel tipo indica que procurará no quitarme la vista de encima. Y no ha terminado la intención de coaccionar:

-¿Es usted de aquí?. Y las preguntas no paran, quizá es un complejo de Gestapo y busca a un judío enmascarado: "¿Es el dueño de la casa? ¿Cómo se llama? ¿Número de teléfono? y sucesivamente, hasta que llega a "Nombre del Padre". Me fastidio y respondo: "Está muerto". "Es igual", me dice el poli malo. Confío en que no quisiera significar que "daba igual la muerte de mi padre" y que fuera un comentario al hecho de que estaba tratando de reproducir a boli mi DNI. Gente ridícula no falta y este parecía dispuesto a hacerme sentir el peso de su importancia municipal. Los hay así. Además, sabía tan poco de mi que estaba claro que había sido enviado en alguna "decisión política", como la de las basuras a domicilio.

No suele gustarme que los desconocidos, con o sin uniforme, me digan que da igual que mi padre haya muerto. Me lo tomo como ofensa. Con mucha educación les digo que me alegro de que hayan venido, porque quiero mostrarles algo de verdad serio. La trasera de la casa da a un estacionamiento municipal y entre este y chez moi ha dejado el Ayuntamiento un despeñadero de 7 metros. Por otro lado del parquing, también con despeñadero, hace poco que un chico se cayó a lo profundo. Hubo suerte y no murió. Y hubo mala suerte y el alcalde y su colla no se molestaron en arreglar esos lugares peligrosos de la ciudad.

-En tiempo de fiestas -les explico- pongo hasta guardias de seguridad para que no se caiga la gente y se me mate en casa. Es un gasto humanitario.

Las cosas siguieron por ese derrotero y se deshizo la alegre reunión. Claro que yo sabía, al despedirnos, varias cosas: Que era raro que, para advertirme de una posible avería de agua en mi jardín, se me pidiera el DNI y se me sometiera a interrogatorio siendo que en el Excmo. Ayto obraban todos los datos. Que, además, aquel guardia eficiente y preguntón NO se me hubiera identificado como tal. O sea, a estas alturas no sé si me interrogó un policía municipal o un amateur.

Así que llamé a la sede de los polis y me respondió él mismo. Oiga, que no sé quien es usted, le dije, y si alguien se cae por ese talud quiero poder decir que le comuniqué el peligro que había.

-Aquí -dijo- no somos nombres, sino números. Bueno: acabó diciéndome que no me daría su nombre, ea. Y muy enfadado. Recuerdo que metía bastante ruido por la línea, no sé si ofendido.

Me dió luego su número, que me repitió dos veces. Bien. El Guardia sin Nombre, número Tal, creía haberse identificado, ¿o no lo creía? Porque un experto en números policiales me confirmó la natural sospecha: me había dado un número demasiado largo y extraño. Falso. No lo sé, pero me fío del informante.

Es decir que, aplicando el racionalismo, no sé quién me vino a dar la lata, pero sí lo sé. Y sé algo más, porque la vida es sapiencia: que el guardia X no era del ayuntamiento -él lo dijo- y que el responsable de métodos tan extravagantes y surrealistas es el alcalde socialista de Alayor, que no controla a su grey. De quien, de paso, no diré que no importan las bajas que pueda haber habido en su familia. Si las hubo, las siento.

Dios le bendiga, pero sólo con ocasión de ser Navidad, y que baje la velocidad máxima de la chulería que los ciudadanos debemos aguantar sin ponernos a nuestra vez chulos. O sea, clases de urbanidad y cortesía.

Arturo ROBSY

lunes, 10 de diciembre de 2007

PARA EL RESUMEN DEL MUNDO FALSO

LA CEGUERA COMO SISTEMA


A veces, en medio de la confusión de épocas que es hoy el mundo, es necesario preguntarse por lo que se ha hecho sobrevivir de las otras: por su utilidad, por su oportunidad y por su eficacia. Dan ganas de preguntarse si el Siglo XIX fue el antepasado del XX, o el XX el antagonista del XIX.

Alguna mente superior siempre descubre -varias veces a la semana- el método dialéctico y encaja la Historia en él. Si el XIX fue el siglo liberal, el de la idea del imperio liberal y de la nación, y el XX, en cambio, fue el del socialismo y, entrambos, los doscientos años más belicosos y asesinos, ¿no parece indicarse que tras la tesis liberal del XIX y la antítesis socialista del XX, el XXI ha de ser la síntesis del socialcomunismo con el liberalismo?

Pero cuando se usa el intelecto no se puede tolerar que se atribuyan inteligencia y método -características del ser humano vivo- a una teoría de la historia política. No piensa la Naturaleza como no piensa la tabla de multiplicar. No piensa la Historia, como no lo hace la lista de los Reyes Godos. Muy al contrario, todos hacen pensar y de ahí salen tristes borradores del Universo; verdades "pretàporter" que tranquilizan o marean a esa cosa casi insobornable que es, en el hombre, la necesidad de entender y entenderse.

Hay que imaginarse a un intelectual serio, o sea, uno de cuando no se podía decir cualquier cosa en la seguridad de que colaría, explicando la relación exacta entre el Universo y el hombre, para lo que sería necesario dar la composición inapelable de la aparición y el funcionamiento de ambos. Camino de la omnisciencia. Y, hecho esto, que el prestigioso intelectual precisara que lo dicho por él es la única verdad posible y él la única razón acertada.

Pues semejante egocentrismo, semejante soberbia intelectual, la pretensión de conocerlo todo y saber lo que hacer ante cualquier cosa, incluso prever lo que será la historia futura, ha sucedido varias veces: en las vísperas de la revolución americana, o de la Francesa, y en la de las revoluciones comunista y fascista, por señalar sólo tres hitos, las "Tres Vías" del hombre hacia la sociedad libre y justa.

También se sabe, con seguridad en esto, que entre las tres cosmologías se desataron las mayores matanzas que ha conocido la humanidad. Guerras que su ciencia no previó o causó ex-profeso, y sociedades -todas- profundamente injustas e infelices.

Entre nosotros perviven, tras aniquilar, unidas, a la tercera, dos de esas cosmologías, convertidas hoy en dogma casi frenético, o sea, tras renunciar a la explicación racional de sus evidentes resultados. Malos, pero convertidos en equilibrio inestable, con el mundo humano -la sociedad- a punto de volcar no importa en qué dirección.

Asombra que gentes actuales puedan considerar posible que los conceptos actúen como si fueran seres vivos pensantes y se obstinen en encajar "lo que hay" en en la teoría, antes de hacer una buena teoría con "lo que hay". "La Naturaleza -nos dicen- se rebela contra la contaminación humana". "La Naturaleza estuvo probando modelos de seres, simios y todo, hasta constuir los mejor dotados para la supervivencia". ¿Supervivencia en cuál de las muy distintas eras geológicas?

Asombra el egocentrismo de las teorías que dicen ser y postularse como las verdaderas. Que dicen, sin reparo, constituir la solución perfecta para la sociedad y el individuo. Para el niño y la niña. Pero los resultados, en cambio, no son asombrosos con sólo tener un mínimo conocimiento del alma humana: No es posible, ni lo será, que dos egocéntricos concuerden. No es posible que dos sociedades egocéntricas vivan en paz: provocarán guerras o revoluciones, traiciones y conspiración, palabra prohibida aunque constituye el noventa por cien de la historia política antigua y actual.

No saber cómo es el universo ni cómo el hombre es una característica fundamental de las doctrinas moribundas que se llamaron ideologías, tendencias de una ortodoxia brutal predicada ex-cáthedra y nunca demostrada. El devenir de la humanidad es un rosario de muertes inútiles y de atribuciones necias.

Muchos hombres, que deseaban buscar la verdad, han acabado creyendo que no es necesario ya que la poseen y es única. Por disimulo han articulado una falsedad en la que no creen: que cada uno tiene su verdad y que todas son respetables. Esto, además de ser imposible en lógica, es sumamente imprudente para la especie: si ya no se buscan la verdad ni la justicia, porque se afirma tenerlas, todo queda a punto para la actividad sectaria y, en consecuencia, se irá hacia nuevas guerras y nuevas crisis.

Más la natural subversión entre las dos convicciones actuales. No se puede esquivar el hecho de que se vive en una organización social liberal que en muchos lugares, como España, está dirigida por sus contrarios naturales: los socialismos ya fracasados pero que convierten el sistema democrático en algo infructuoso al emplear a la vez, y en situaciones parecidas, las dos ideas del Universo.

Las ideologías, evolucionadas ahora hasta el estado de cáscara nominal, sólo contienen intereses corporativos, toman el aspecto de religiones idólatras y adoran al Ciudadano o al Hombre-recurso: eso hace posible identificar la doble raíz de las últimas guerras y de las venideras: Como expansión de los intereses comerciales y, a la vez, la imposición de la verdadera fe que racionaliza y legitima esos intereses.

Los árabes no lo ignoran: una república al estilo occidental y tutelada por ex-cristianos, convertirá, obligatoriamente, su religión en mito, en beneficio de una de esas nuevas religiones que necesitan fieles que imaginen que ellas son la respuesta a todas las preguntas que contiene la creación, hombre incluido.

Del mismo modo que sucedió con nuestras dos repúblicas occidentales, la una liberal en 1873 y la otra socialista, en 1931, que acabaron en catástrofe. repetir las experiencias, como parece pretenderse al mezclarlas con oportunismo, sería un imperdonable caso de testaruda estupidez.

Desengáñese el español: es imposible que el sr. Rajoy y el sr. Zapatero, con independencia de sus inteligencias, lleguen a una cooperación o entendimiento. A los efectos, pertenecen a mundos distintos. Son las puntas de unos egocentrismos más antiguos que ellos y ellos han formado un problema irresoluble en nuestro tiempo: el vicio de creer en lo que no hay y de intentar explicar un universo que no existe a unos hombres que tampoco. Todo es otra cosa.

No es cuestión de decir a las personas lo que deben creer: eso lo hacen las ideologías. Pero es justo advertir que situaciones así no se resuelven si no es con guerras. La segunda o la milésima tanda de Guerras de Religión.

Arturo ROBSY

lunes, 26 de noviembre de 2007

LOS SESOS LES RESUENAN

España se ha "Autoindeterminado", o sea, más aún de lo que quieren los fascistas separatistas, por así decir. El Psoe es indeterminado, flotante, ambiguo e indefinido y puedes esperar de él grandes maravillas, hallazgos de la comunicación capaz de dejarnos absolutamente epicenos y gilipollas.

Reconozcamos primero que el socialismo se está reconvirtiendo muy de prisa en el viejo "rojerío", gentes salvajes, mentirosas y supersticiosas en 1931 y sucesivos; ateotes tan espirituales que eran capaces de fusilar a Dios, a la Virgen y a los santos (además de a las personas), lo que prueba que tenían anti-fe: No creían en ellos, pero dijeron y escribieron que querían matarlos. Cosas suyas.

Pero la veta espirista no se ha agotado en el Psoe, y el Domingo, 25 de Noviembre, la Factoría Polanco Pro- Psoe, a través de Tele4, en Cuarto Milenio, se descolgó con una pieza de lujo que será botín muy preciado para la Memoria Histórica. Si alguien creyó que pondrían a media España a cavar en busca de cadáveres de buenos y píos socialistas, se quedó corto.

El Alcázar de Toledo es una grave espina de su memoria: setenta días de sitio y con todas las fuerzas "leales" en contra, con cañones, aviones y minas, y aquellos inútiles no lograron reducir a los encastillados. Y les duele, porque aquello ya indicaba quién iba a perder el envite pese a disponer de todo el material y TODO el ejército: sólo se habían sublevado cuatro generales de los treinta y tantos.

Lo que importa es que en El Alcázar de Toledo y sus alrededores estos investigadores de la Historia Increíble, han merodeado después de algún fumeque moruno, y han conseguido una "Psicofonía". Se pone un magnetófono, se aleja uno a echar un petardo, se regresa y se escucha. A veces se creen oír voces que, bien tratadas con 0rdenador, algo dicen.

¿Y qué dicen unas voces salidas de ultratumba en la proximidad de El Alcázar? Veamos: los muertos en el heroico lugar eran nacionales, o sea, "Fascistas" de hoy. Pero aún así, esas voces han dicho claramente "¡Cerdos!", entre exclamaciones, y "Fascistas", lo que sería algo chusco si no hubiera resultado que, aunque nadie lo supiera, en una casa cercana fueran "represaliadas", bien afusiladas en su jardín, cuatro mujeres. No importa que en aquella casa, acribillada durante el asedio por los propios rojos, no viviera nadie desde mucho antes. No importa nada si va contra la teoría. Los espectadores de Cuarto Milenio lo oímos claramente, muy claramente: ¡Cerdos fascistas!. Toma castaña.

Esta vez, en un asunto concebido al humo de los porros sin duda, la inventiva socialista zapatera ha saltado al otro mundo, donde las almas en pena acusan a los fascistas. Como está mandado. Los fantasmas, que se sepa de una vez, también son republicanos. Hay uno,en cambio, que se pasea por los pasillos de El Alcázar, militar de "alta graduación", dicen, que debió ser muy malo y fascista porque no hace más que parar a los soldados con que se tropieza y mandarles: "Cuádrense". Un militarista.

Que el Psoe y sus subordinados televisivos lleguen a tal saturación en la mentira boba, es preocupante. Como es preocupante que, con los casi 110 caídos nacionales entre aquellos muros, no tengan fantasma ni abran la boca para decir algo como "Tócame los..., Prieto".

¿Hay que dejarlos volver a mandar, asesorados por sus fantasmas favoritos? Hagamos un pacto: les votaremos si encuentran la Atlántida y la sepultura de Hércules. Si no, lo de ahora: Que los fantasmas son ellos. Palabra.

Pero la cosa estriba en que los odios y la torpeza no saben moderarse, y por eso nos va como nos va a todos, testigos del trinque sin piedad. Pero desafiemos la ultratumba: ¿Por qué no hacen "psicofonías" en la Mola, donde asesinaron a toda la guarnición? Yo he visto huellas de manos de sangre, en las paredes: de los fascistas justamente afusilados por la horda progresista y democrática que le dicen. El edificio aún existe.

Arturo ROBSY

jueves, 22 de noviembre de 2007

EL PSOE PIDE PERDÓN POR LAS MATANZAS


Que sí, que el Psoe, a través de cargos conspicuos, ha pedido perdón por las salvajadas de antaño, cuando se disparaba sobre la gente sólo por comprobar que el arma estaba cargada. Y lo propio con el cuchillo bayoneta, por si no tenía buen filo.

Gracias a nuestros espías en el ayuntamiento de Alahor -el que va disfrazado de perchero- hemos podido saber que hace muy poco, en medio del oleaje del 20-N, don M. Borlá, alcalde del psoe apuntalado por los comunistas, a la salida del pleno dió con el codo a una señora, a la que dijo:

-"Lo siento mucho. Perdón"

No fue casualidad, porque el sr. Borlá sabía de sobra que la señora era concuñada del marido de una nieta de un afusilado por causa mayor, un señor que debió ser muy fascista porque le metieron diecisiete tiros, y el de gracia y desgracia.

El señor alcalde, que no debe ser muy malo, se disculpó así por el trato que está dando su partido a los asesinados de la guerra. Un detalle humano para señalar en estos "Trabajos de Paz perdidos", cuando el lado furioso del socialismo ha tirado a la basura todo cuanto se hizo por la paz y el perdón; por convivir con una historia terrible, donde los unos fueron víctimas y los otros -mal que les pese- sus victimarios sin causa y, en cumplimiento de las leyes republicanas -diz que democráticas- fueron ejecutados de limpios tiros en la caja del cuerpo.

Tanta verdad hay en esto como en las noticias que señalan que la Iglesia ha pedido perdón por tener mártires. Tanta dulzura como en la cara de rastrojo de la Vicepresidente Mª Teresa Fernández de la Vega.

Arturo ROBSY

P.D. El olvido programado no cambiará los hechos, ni quién se ganó el cielo y quién el tostadero. Los robos, las torturas y las muertes terribles las cometió el psoe de entonces -según constan en sentencias válidas aún- y es muy natural que el actual no pida ni perdón, para no dar difusión a su barbarie ahora que todos hablan tanto de la civilización.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Tierra de infusorios

Pulse la flecha:




Cuánto cantaron nuestros ojos
abriendo el aire nuevo y el romero...




miércoles, 7 de noviembre de 2007

Zantos Bobainaz

LA VERDAD SEGÚN ZAN ZAPATERO, que seguramente heredó las botas de Alcalá Zamora, presidente de la república llamado cariñosamente “El Botas” y que decía querer una república consagrada al Sagrado Corazón. Naturalmente, fusilaron el monumento de Jesús. Y luego, lo volaron. Cuando el socialismo destruye lo hace a fondo.

Tras la sentencia del 11-M, el Psoe y el Comunismo nos han ilustrado suavemente: la justicia ha dado con la verdad de aquellos atentados. Las sentencias son la verdad sobre una cosa u otra. Y me parece cierto. En tanto llegue el Juicio Universal, lo más cierto con que se puede topar un hombre es con la pronunciación de un tribunal. La verdad legal es la que dicen los tribunales.

Por eso, porque los Socialcomunistas han manifestado esta creencia justa, sorprende que no la apliquen en otros asuntos, como el de la memoria Histórica: En virtud de la pena de muerte que tenía legislada la República, tanto para la jurisdicción militar como para la civil, fueron ejecutados asesinos probados -y confesos en su mayoría-, tanto durante la recuperación de muchas provincias donde los estragos “rojos” habían sido terribles, como tras la rendición de los ejércitos leales a Stalin, que se había empeñado en hacer de España la “Unión de Repúblicas Socialistas Ibéricas”. (sic) y nos envió lo más conspicuo de su NKVD, la antepasada de la KGB.

En Barcelona llegó a haber 500 cámaras de tortura. Se las llamaba Chekas en entrar en ellas era casi la seguridad de no volver a salir. El Psoe -que a veces se descarga en los comunistas- tenía más chekas que el PC, muy bien equipadas y con sillas eléctricas que se llevaron la vida de miles. Tras los tres años de asesinatos y tormentos, de persecuciones salvajes, de incendios, de robos, que quemas de libros y bibliotecas, España se vió en la necesidad de hacer justicia, aunque los crímenes se habían realizado en la zona que hoy llaman “republicana” sin que la democrática e inexistente “República” moviera un dedo para impedirlos.

No es lo mismo matar a inocentes que no cometieron delitos -ni graves ni menudos-, sólo por ideas, religión, profesión o codicia. Aquella legalidad fue tan rotunda que fueron asesinados todos los diputados que no pertenecían al Frente Popular y que no consiguieron huir a tiempo de zona roja. Y algunos del Frante Popular también.

Tras multitud de sumarios, vinieron los juicios y, también, las ejecuciones de los asesinos, ordenadas por tribunales que usaban las leyes en vigor durante la República. Ya se ha dicho que no son lo mismo las víctimas asesinadas que los asesinos castigados conforme a la ley que aquellos mismos asesinos habían votado. Leyes republicanas.

Todo viene al caso de una recomendación leída a los comunistas: se diga lo que se diga sobre aquello, no es verdad. Palabra de Comunista. Todos la jerarquía comunista salió de España y no sufrió bajas hasta que, demasiado optimistas, fueron a Moscú, donde el camarada Stalin hizo con ellos una carnicería. Con soviéticos y con españoles.

Quien quiera palabras históricas que desenmascaran el talante democrático de aquellas fieras corrupias, puede leer en Ignacio Ruiz-Quintano, la moderada opinión de La Pasionaria, que se pasó 50 años clamando que la guerra no había terminado. Lean y admírense del camino que parece señalar la ley de memoria borrada: “Hemos esperado durante 39 años, y esperaremos alguno más, pero después nuestra venganza durará cuarenta veces 39 años. Se lo prometo”. Dolores Ibarruri, en “Il Borghese”, 1974. Si este proyecto ya no vale, que lo declaren los comunistas, Izquierda Unida entera, porque no lo han hecho y desde el 74 acá han tenido sobradas oportunidades.

También estuvieron los rojos no fujitivos, los que desde aquí empezaron a dar lecciones de tolerancia y de cambio de tortilla, que preveían mortífero los muy legales republicanos. Así, Juan Benet, “Valladolisoletano” como decía Arniches con chunga”, alzó la voz cuando Solzhenitsin salió de los campos de concentración rusos y tuvo, de paso el Premio Nóbel. Un mindundi no era.

“Creo firmemente -escribió Benet en Cuadernos para el Diálogo, en 1976- que mientras existan gentes como Alexandre Zolzhenitsin perdurarán y deben perdurar los campos de concentración. [ Clásico remedio socialcomunista, pregunten en Laos o Camboya] Tal vez deberían estar un poco mejor custodiados a fin de que personas como Solzhenitsin, en tanto adquieren un poco de educación [llamaron y llaman “Reeducación a los trabajos en régimen de esclavitud y hambre], no puedan salir a la calle. Pero una vez cometido, nada me parece más higiénico que las entidades soviéticas (cuyos gustos y criterios respecto a los escritores rusos subversivos comparto con frecuencia) busquen el modo de sacudirse semejante peste”.

Benet tenía muy mala pluma, tanto en la cosa de escribir como en la de odiar a muerte. Pudo recordar entonces que los comunistas tenían un buen sistema de sacudirse semejante peste de intelectuales: dejarlos morir de hambre, dejarlos inútiles con sobrecargas de medicamentos para enfermos mentales, o, lo más impresionante, venderlos a tantos dólares por cabeza a Occidente, a través de Berlín. Exportaban subversivos y ganaban su dinerito, como en un bazar de esclavos. Y se dice “bazar” adrede.

Llegados aquí, es necesario tomar una sentencia de D. Nicolás Gómez Dávila que cita también Ruiz-Quintano:

“La falsificación del pasado es la manera como la izquierda ha pretendido elaborar el futuro”. Porque la historia que nos colocan con mucho tremolar de banderas moradas que no usaban, es una versión bonita de la propaganda comunista y socialista que se hizo del 36 al 39, que, aunque engañó poco entonces, engaña mucho más ahora.

El pasado del socialcomunismo es un fantasma del que se quieren librar. Lo niegan. Lo callan. Hasta se ha podido ver la foto de un niño muerto al que se exhibía como asesinado por la aviación de Franco. La foto está sacada de la Causa General, donde se mostraron algunos de los asesinados en aquel matadero de la Casa de Campo, en Madrid.

Como siempre, el Socialcomunismo y su imaginación perversa ha sido, es y será un peligro para la paz social y para la verdad de hoy y de ayer.

Arturo ROBSY.

lunes, 5 de noviembre de 2007

SAN PEDRO NOS LOS BENDIGA

El tiempo sopla sobre el polvo del que se nos hizo y lo levanta en remolinos sin dirección. A veces flotan unos granos y a veces otros, pero se van haciendo un sitio en la historia más por la falta de talento para enfrentarse a los asuntos del día que por el uso de un pensamiento lógico y luminoso.

En la conexión de vídeo de abajo, una galería de arte más, verá, hechos con trazo grueso, a varios de los protagonistas de la España adormecida, o sea, entre la que duerme y la que bosteza, como dijo Antonio Machado. A todos ellos se les dirige una pregunta desde aquí: ¿Por qué quieres mandar si no sabes? ¿Por qué hablas si tienes tan poco que decir?



Pulse la flecha.
Y piense en por qué se han incluido algunos dibujos de personas humildes que cuentan sólo con una verdad muy seria: no son domésticos. Aún no están amaestrados.

domingo, 4 de noviembre de 2007

EL IMPLACABLE


Una nueva visita al museo de Trapisonda, esta vez en torno a algunos dibujos y actitudes de El Implacable, donde sin duda se puede encontrar inspiración tanto en la cosa de la memoria, especialmente la poética, como en la oportunidad errática, y la calidad del mando inoportuno.

Pulse la flecha que aparece bajo la pantalla y mire con ojos rápidos y juguetones.






El cuadro que sirve de fondo a las fotos de los Reyes y poderosos es "Los fusilamientos de Paracuellos", hoy parece que desaparecido. En el bajo del marco figura una inscripción: "Español: perdona, pero no olvides nunca". Lema ideal para la Memoria Histórica.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Museo de antigüedades y palomos

Las personas envejecen, como las ciencias: apenas si pasa un siglo cuando ya no queda nadie de los que creyeron brillar en él, ni nada de la ciencia que los desaparecidos creyeron definitiva. Vea, al pulsar la flecha, esta primera visita a la antigüedad absoluta, con gentes ligadas a follones más viejos que ellas mismas.



viernes, 2 de noviembre de 2007

La anormal normalidad de siempre

Alguien debiera escribir al gobierno, oposición y los medios, implorando un poco: "Den una oportunidad a la mayoría de españoles que no son tontos". El juicio del Siglo, a los rayos rasantes del otoño, hace obligados dos asombros precisamente en torno a lo que un idiota ha llamado "Festividad de los muertos".

La primera sorpresa, que socialistas y comunistas estén satisfechos: con ellos sólo se da la satisfacción judicial cuando coincide la sentencia con sus intereses antes que con la verdad y la justicia.

Se ufanan con el resultado del proceso - que no ha dado con los inductores de la matanza- porque les libera de la sospecha de saber más del asunto que el juez y porque, en fin, su obsesión por descartar a la ETA a priori ha triunfado. En el día de los difuntos, por hacer juego con las víctimas mortales, se leía en la prensa la invitación del ministro del Interior, o sea, del espionaje, pidiendo a Rajoy que dijera con él: "No fue la Eta". ¡Qué alegría cuando me dijeron no fue la Eta!, como el salmo donde se pisaban los umbrales de Jerusalem y donde estaban los tribunales de justicia de las tribus de Israel, ¿verdad?

¿Pero por qué esa insistencia por descartar a la Eta desde el primer día de muerte en bomba? Volver a lo que dijeron entonces, tras un par de años de conversaciones y suelta y recogida de delincuentes, es tentar al diablo y que algunos supongan que, en cuanto se liquide el tráfago electoral, se volverá a charlar con los hermanos separados que "no fueron".

La paradoja que contienen estas actitudes es que andan, a la vez, contentos con el juicio de inocencia para la Eta y enzarzados en la consecución de la nulidad de todos los procesos que se celebraron durante y después de la guerra, porque esos no les gustan precisamente por la parte que tienen de verdad.

También roduce asombro por esto otro asunto: La excepcional perspicacia del Psoe, del PC y de Otegui cuando, pocas horas después del atentado, supieron de dónde venía el golpe por pura intuición: aquella misma mañana coincidieron en que la Eta no había sido. O sea, cualquiera menos Eta. Les dió la razón la comisión parlamentaria, siempre razonable con las mayorías, y, ahora, la Justicia. Los jueces han tardado casi cuatro años de diligencias en saber lo que el social-comunismo supo en el instante mismo. ¿Asombra o no que se haya gastado tanto en saber lo que se sabía ya? Asombra, sí, pero escama al pueblo, escamado de por sí. ¿Y no asombra que el objetivo -en titulares de las primeras páginas- fuera demostrar que la Eta era inocente de aquellas sangres que parecían las tradicionales del terrorismo marxista? Tipo Hipercor" como quien dice.

¿Por qué llegó a pensarse y a decirse que, si la Eta hubiera participado, el Psoe quedaba en posición de sospecha y el socialismo se lo creyó tanto que gastó años en combatir la idea de que los terroristas matan, incluída la Eta, representada por Otegui que es, según el PresidenteZ, un ciudadano pacífico?

Y todas estas disquisiciones mientras las Crestas del Poder Español Conocido, el Monarca, el Heredero y el Presidente del Consejo de Ministros, inauguraban el llamado "Nuevo Museo del Prado" con foto ante el cuadro del fusilamiento de Torrijos y sus compañeros, todos liberales de campanillas y víctimas de los manejos de Fernando Séptimo, retatarabuelo del rey actual. No parece que el caciquismo haya dejado de ser la forma legal de gobierno.

El fondo de la foto oficial del Prado no deja de tener una saludable intención turística: si hay algo tipical spanish es un buen afusilamiento que echar a la cara del vecino.


Arturo ROBSY



Si el cuadro del fondo hubiera sido el de Las Matanzas de Paracuellos, ¿se hubiera tomado por provocación?

lunes, 29 de octubre de 2007

La paradoja temporal

LA PARADOJA TEMPORAL

Con eso de no moverse de los años treinta, los socialistas han creado una paradoja temporal de Premio Nobel: el progreso y la democracia consisten en volver a empezar el mundo a partir del año 31. Si alguien prefiere volver al año 78, tan constitucional, es un nostálgico, ya saben.

En los 60, 70, 80, 90 y después, fue igual siempre: “Hay que arreglar esto de la guerra. La hemos de ganar definitivamente: lo dicen hasta en las logias”. Y, según las décadas, había unas u otras razones para demostrar que la república que sovietizaron era el paraíso en la tierra, y para hacerse el loco respecto a los “daños colaterales” que produjeron, incluido el propio Levantamiento, que aun ahora dicen que fue conjura de curas, banqueros y nazis. ¡Y hablan de conspiranoicos! O sea, con dos cojones.

Hasta la derecha ha cometido el mismo error que la de Gil Robles entonces: no acertar a defenderse e insistirnos con mucho susto en que se ha de hablar del futuro porque, si no, la llaman nostágica y extrema derecha, cuando en realidad el único futuro que parecen perseguir los socialcomunistas es 1931. Tienen que “arreglar” 1931 y, de paso, 1936. Es que no se les va de la cabeza.

El sabio Fusi, historiador, ha recordado que en el 77 y 78 se hizo otra memoria histórica que se nos ha olvidado. O sea, Franco, qué malo; calles y ciudades borradas del mapa, escudos nacionales defenestrados, con crucifijos, monumentos, libros, bustos, retratos y lo que se pillaba. “Devolución” de patrimonios a los buenos republicanos, normalmente pagados con el dinero de los tiempos de Franco. “Tanto así para los sindicatos clasistas. Tanto asao para los partidos clasistas”.

Y no sólo entre el 76 y el 78, no. Se han pasado los 32 ó 33 años dale que te pego con los lamentos republicanos y la necesidad de discriminación. Pobrecitos ellos, los buenos, que el Ejército, sin tener razones, les empezó a vencer y poner en fuga. Con subterfugios, claro. A ellos, que eran los leales y los demócratas y tan listos que, disponiendo de la mayoría del ejército, lo disolvieron por si las moscas. Genios que eran.

Pero, desde antes de la muerte de Franco, España ha sido una larguísima memoria histórica fracasada y carísima, como aquello de los ascensos de “los leales”, convertidos de tropa vencida a oficiales y jefes, cobrando atrasos. Más de treinta años a todo vapor para satisfacer nostalgias; algunas de ellas asesinas.

Y, entonces. Zapatero. Con gran originalidad le parece que hace falta más memoria de esa, cuando lo que es menester es más entendimiento, porque ya son muchos años derribando para que nos creamos que lo hacen por rectos motivos: brincan entre la venganza y la voluntad de conseguir los objetivos que se fijaron sus abuelos en 1931. Es decir, una tiranía de gran porte, donde haya leyes para unos y para otros, según sean de los buenos ateos o de los malos católicos. Véase que al Obispo de Menorca, anciano y ciego, lo mantuvieron vivo para que firmara un comunicado propagandístico diciendo que aquella falsa república respetaba la libertad de culto.

El genial Zapatero sólo da más de lo mismo, pero algo más cargadito de bombo y charanga. Aquí ya sólo quedan tres cosas que derribar. Todo p or la demagogia. Así que es el momento de decir al chisgarabís que el 31 no es el futuro, porque no lo sabe. A no ser que sí, que 1931 sea el futuro que aguardan desde 1939; el que buscan y quieren.

Repetir y repetir el mundo hasta que les salga bien. Pero entonces va el Papa y beatifica a muchos muertos de un golpe. Todos de un bando y ni uno sólo de “los leales”. Qué cosas.

Arturo ROBSY

Los hombres estos fusilaron el Sagrado Corazón del Cerro de los Ángeles.
Bajo un gobierno socialista. Del Psoe.
La foto es una composición para
orientar al Psoe de hoy y de Zapatero.

domingo, 28 de octubre de 2007

Ni Stalin ni las SS: Ellos

Habla de la Legalidad Republicana, pero sabe estas cosas.

VOTA AL PSOE DE 1936, PERO RECUERDA QUÉ GENTE ERA. PERDONA PERO NO OLVIDES POR ORDEN DE LOS SOCIALISTAS DE HOY.

¿Son los mismos aún, como su nombre?

“Mi hermano -dice una hermana que aún vive- sufrió un martirio de ocho días, con palizas de tres horas y corrientes eléctricas diarias. Le pusieron delante malas mujeres para que rompiera su voto de castidad, pero él las rechazó. Entonces, los milicianos cogieron una navaja y le cortaron sus partes”

El martirio de Juan Duarte es de una extrema crueldad, pero sus muchos asesinos no estaban locos sino movidos por el socialismo. Fue delatado por una vecina y el 7 de Noviembre empezaron a torturarlo. Le pidieron que blasfemara y no cedió. Luego, lo demás que ya va dicho. El 15 de Noviembre lo llevaron al arroyo Bujía, en Álora, medio muerto y con las piernas partidas. Pero no era bastante: en vivo le abrieron el cuerpo, le inundaron con gasolina y le prendieron fuego.

Durante varios días algunos milicianos continuaron disparando al cadáver yaciente en tierra.

Milicias del Psoe, del PC y de la FAI, del Frente Popular, a los que la nueva ley hará la caridad de una memoria con enormes agujeros de olvido. Es probable que los asesinos ya estén muertos y que las víctimas los perdonaran, pero no hay ningún motivo religioso ni humano para perdonar unas ideas bárbaras que convirtieron a tantos hombres en psicópatas homicidas aplicando la legalidad republicana.

Arturo ROBSY

Y ahora di, como algunos de hoy, que los socialcomunismos eran una buena idea, pero mal aplicada. Que se les caiga la cara de vergüenza al hablar de aquellos sanguinarios como demócratas. Qué cinismo. Alabarlos es, sin duda, hacerse cómplice de las alimañas. Qué aventuras hace correr Zapatero a España.

jueves, 25 de octubre de 2007

La Gran Z

La Gran Zeta



En la Moncloa de España, do juran los hijosdalgo, hubo un pájaro canoro que trinaba mientras revoloteaba por salones y dependencias. Era el Nuevo Z. Quitarse el mote antiguo de ZP le daba la impresión de salir de la tintorería: había tragado mucho por él, que si zetapeta, que si zape, que si zapatiesto. Bien que había avisado en la otra campaña, antes de las bombas:

-¿Seguro, Pepiño?

-Lo que yo te diga, José Luis. ¿Sabes por qué aguantó tanto Felipe en el gobierno aunque le pillaban gente llevándose la caja? Porque se llamaba Felipe. No es un nombre común pero tampoco exagerado. O sea, eso no le hubiera salido de llamarse Joshua. Fe-li-pe: tres sílabas. Lo justo. No de cuatro, que se hacen engorrosos: “Mariano” llena demasiado la boca y suena a chiste del Forges. A Felipe todos le llamaban Felipe y era como charlar de un conocido, de un amiguete. Nos hubiéramos reído si alguien lo llega a llamar Excelentísimo Felipe. Y no creas que no lo potenció con aquellos homenajes al F.L.P, frente de liberación popular, o sea, puro realismo mágico.

¿Y por qué no puedo llamarme como me llamo, hombre? Lo de ZP fue una esquizofrenia, todos cambiados. Mi mujer se me quedaba mirando, como abstraída, y al final me decía ¡ZP! y se moría de risa.

-Un nombre compuesto no es buen conceto, presidente. Fíjate en Aznar. Tuvo que coger el apellido porque lo de José María tenía cuatro sílabas, justo como Zapatero. Además, el intento de llamarlo Josemari quedaba algo amariconado. Siempre te digo que cuatro sílabas empalagan, y menos mal que te he quitado el vicio de decir “solidaridad”. Pero lo tuyo sería peor que lo de Josemari: “Joselu”, no te digo más. ¿Crees que un buen socialista, pendiente de la revolución, puede votar a un Joselu sin que se le salte un pendiente?

-En lo de Joselu llevas razón. Y con la Z, , mucho mejor que ZP, incluso si me dicen que soy el último del abecedario, puedo responder que no soy el último del alfabeto sino el primero del mañana.

-Mal conceto y no quieras saber por qué sin ponerte la camisa azul. Hace cuatro años ya estuvo mal lo de “Por una España Mejor” de los carteles, recuerda. Y eso de “los primeros del mañana traería sus dimes y diretes falangistas.

-¿Seguro? Queda propio y al alcance de cualquier mente socialista. Hace pensar, Pepiño. Como si fuera a amanecer.

-¿Ves lo que digo? Esto es el Psoe y aquí no amanece. No fastidiemos José Luis. En los tiempos de Felipe no se pudo hacer nada por un diputado nuestro que dijo en televisión que le gustaba cantar. El tío quería apuntarse el tanto de tocar el piano, que es grande y siempre hace inteligente, pero el analfabeto cantó eso de “Yo te daré, te daré una cosa”.

-Te daré niña hermosa, te daré una cosa, una cosa que yo solo sé: ¡Café! -terminó el Nuevo Z. Es como regional, música popular inocua.

-Ahí, ahí le duele. En la inocuidad. ¿Sabes cómo se escribe ese café que cantas? C.A.F.E. o sea “Camaradas Arriba Falange Española”, y era la canción consigna de los conjurados para el 18 de julio, como lo de “Grándola” de los portugueses. ¿No se te hacía raro que dar café fuera algo que sólo sabía el que cantaba?

-Bien mirado, Pepiño... Menos mal que estás tú para andar con pies de plomo.

Pero a los pocos días el señor Zapatero se había aclimatado a la nueva fe de bautismo y se sentía como Señor Z, o sea, al estilo de aquel Mister T del quipo A, pero con el cuello más largo. Además, había tenido una idea y de ahí que trinara bellamente por la Moncloa. También trinaría por la Zarzuela si le llevaran. Se trataba de la fiebre de Hollywood.

-¡Ah, Pepiño! -exclamó llegándose al secuaz en un vuelo de gorrión- Ayer vi en Canal Plus una cosa de el Zorro. Qué tío. Un pistolero a sable. Y todos llevándole la contra con sable en vez de darle un tiro. Qué merluzos. O sea el Gran Z y venga a firmar en el culo de los malos con tres cortes de cuchilla. ¡Qué propaganda! ¿Habías pensado en ello?

-Sí, pero aún dudo. Hay que ser familiar pero no histrión. Piensa en lo del zorro en el gallinero y también en el zorrocloco. En el cine sólo te enseñan lo bonito, pero todo es fingimiento y tramoya.

-¿Cuándo hacemos el vídeo del Gran Zorro? Estás cansado de explicarme lo bueno que es que hablen de uno aunque digan la verdad.

-Dicen los americanos que no hay publicidad mala. Y, otro, que si le dan mil millones de dólares hace presidente al más tonto de Estados Unidos. Pero son leyendas. Puede que hasta leyendas urbanas. ¿Crees que no he pensando en lo que pasaría si todas las presentadoras de telediarios de nuestras televisiones dijeran al empezar “Zetas noches”? ¿Te votarían más o menos? Es un misterio. Decir Zetas noches sin explicarlo, porque José Luis, hijo, no se te entiende mucho. La derecha extrema te llama “el reduplicado”.



-¿Y por qué no hacemos lo del Zetas Noches? ¿Por lo que digan los derechistas y banqueros?

-Tiene que haber un límite para la dignidad del cargo, hombre. Sonreír, sí, pero no hacer el payaso. No podemos anunciarte como si fueras cacao maravillao o mayonesa.

-¿No?

-No. Ni tampoco ponerte una canción de esas pegadizas, “lo toma el socialista y se hace el amo de la pista”.

-Pero un vídeo sí se puede, Pepe. De negro; un pañuelo amarrado a la chola y un sombrero cordobés. Por ahí va el Gran Zeta redimiendo a los pobres y enderezando entuertos a cintarazos. Los maleantes y los indocumentados temiendo en la noche, no sea que les salga y los pinche como a una aceituna.
-¿Y el sable? ¿Y el caballo?

-El caballo puede estar suelto en los jardines: además, hay que dar pistas porque lo bueno del Zorro es que todos saben quien es, menos los malos de la película. Si ven el caballo los periodistas dirán “Ya está: Zapatero es el Gran Zorro”. Y el sable puede ser una faca de siete muelles, que impresiona. Además, si a la gente le gusta el Banderas de Zorro, ¿voy a ser menos? ¿Qué tiene él que no tenga yo, si se exceptúa a Melanie? No es por presumir pero bien garrido y lozano soy. ¿No me eligieron por eso, porque parece que no he roto un plato? Y me doy un aire a Tony Perkins.

Para don Pepe Blanco no era un buen conceto hacer un vídeo de Zapatero-Zorro, aunque fuera verdad eso de que no había publicidad mala. Si le apetecían los disfraces, ¿por qué no una tanda de fotos en Elle, con uniforme de tenista, que suele sentar, o montando a caballo con la gorrita negra y pantalones briches, besando, como a escondidas, a una hollywoodiense, pilotando un Airbús de los gordos o colgando un muñeco a Rajoy en el Parlamento?. “Pero -se dijo- no se llega a presidente sin ser algo ocecado”.

Así que cedió a la fuerza y colaboró con una faja de esas que algunos se ponen con el esmoquin. Doña Son entregó un cordobés negro de una vez que la invitaron a una capea, y el presidente sacó una camisa negra, con mangas que se abombaban en el puño, de las que se probó en los mítines. Y un par de gafas de sol para antifaz.

La faca para la faja tuvo que ser de latón con arabescos, de esas que ponen “Recuerdo de Graná”, y no hubo botas hasta que participó el ayudante de su cuarto militar, don Zenón.

-Seguro que algún guardia de la guardia -o sea, me entiende- tiene botas altas, Zenón.

-No, Zeñor. No tenemoz caballería. Pero yo zí. Lo dejé cuando el caballo ze me cayó encima.

-Dese la vuelta y enséñeme el pie.

De todos es sabido que para verle el pie a un ayudante hay que ponerle de espaldas y rogarle que doble la rodilla, como para herrarle. De lo contrario, o sea de frente, tienden a caerse.

-Tráigalas, Zenón. ¿Dónde te has metido, Pepe? Ya hay botas.

-Le he vizto zalir hace un inztante.

Al final, con el Gran Zeta bien aparejado, se llegaron a Princesa, a una cervecería de estudiantes donde, según don Pepe, nadie pestañearía aunque entrara alguien vestido de conejo. Así comprobarían la potencia mediática del Gran Zorro. Si llamaba la atención a los jóvenes habría vídeo.

Introducidos los guardaespaldas, apenas catorce o quince, entraron Pepiño y el Gran Zorro en persona.

-Te esperaba ayer. -le dijo el barman.

-¿A mí?

-¿Y a quién si no? Dijiste que ayer vendrías a liquidar y no has liquidado. Bien generoso estabas el lunes invitando y persiguiendo a esa titi de medicina. La lástima fue que no tuviste los doscientos europeos.

El Gran Zorro tocóse la faca de latón, comprobó el sombrero y se miró las botas, que brillaban, negras, sobre los cadáveres de mejillón.

-Oye -dijo al fin, muy juvenil-, que se me había olvidado.

-No me extraña: le diste un buen sorbo a la casa Mahou.

No es conveniente desconcertar a un Presidente vestido de El Zorro. Es natural que se sienta ridículo de por sí, pero si se le reclama una deuda de doscientos europeos en lugar de preguntarle qué va a ser, se atranca y la mente le hace un bucle.

-¿Doscientos, dices?

-Sin propina, doscientos. Y lo que cuelgue.

-Pepe -dijo el señor Z sacándose las gafas y el sombrero antes de que se le saltaran- ¿Puedes prestarme doscientos euros.

-Pero ¿qué te has tomado, “Joselu?”

-Venga la pasta y calla.

El camarero sonreía. Pepiño sonreía, aunque algo más de torcido. Algún escolta sonreía fingiendo toser. El mundo parecía haber retornado de Hollywood a la razón, decidido a aplicar las rígidas normas para presidentes. Ya en la Moncloa, don José B. quiso disfrutar algo más del éxito:

-Cuando quieras hacer ese vídeo del Gran Zorro...

-Antes, de lagarterana, Pepe. El propio Felipe quiso vestirse de eso.

Había tristeza en su voz.

Lo que no sabía es que, mientras buscaba las botas, su fiel seguidor llamaba a la cervecería, porque el barman era un buen militante y quería entrar en Hacienda.

-Llegaré dentro de un rato con un tío vestido de negro. Le reclamas veinte euros y ya está.

Pero el cervecero era un socialista despierto y, al reconocer al señor Nuevo Z, pidió doscientos. Ya que se hacen las cosas, que tengan realismo.

-Antes, de lagarterana, Pepiño. -insistía el presidente, y no daba muestras de acordarse de las doscientas macarias extraídas a don Pepe, aquel cerebro que no pudo consentir que el presidente de todos estropeara la campaña con aquellas botas altas de fascista nazi. El sombrero, en cambio, le favorecía.

-He pensado -dijo Zetapé Zeta- en un verso de Zorrilla para soltar en la aprobación de la Memoria Histórica: “Si mala vida os quité, peor sepultura os di”.

-Sí. -suspiró don Pepe.

Arturo ROBSY

lunes, 22 de octubre de 2007

Píjolo mondo


Píjolo mondo (la película)

-Pon la boca redonda y las cejas p'arriba. -ordenó Pepe Blanco-. Mira a las once, como los pilotos y dí "¡Oh, Dios mío!

-Nanay, Pepiño. ¿No ves que soy un rojo de importancia? No se puede forzar tanto mi sensibilidad.

-Pero, Presidente: cualquier votante diría eso al encontrarse en tu situación.

-Esa es otra, porque no sé en que demonios de situación estoy. Que si escaleras, que si búnker...

-Verás: tú estabas en palacio, pensando en lo que piensan los presidentes amados por el pueblo, ya sabes, que si esto, que si aquello, cuando entra tu ayudante de campo. "¿Qué hay, Zenón?" .le preguntas- "Lo veo algo Zurrado". Entonces sientes interés humano y rascas la cabeza de ese setter que nos han prestado: el color melocotón hace hogareño y los detalles lo son todo. O sea, te pones en posición de consuelo, que es levantando un poco la vista, la barbilla y las orejas, y oyes con serenidad la explicación de Zenón, que si tal, que si cual y mira por donde no me lo esperaba, es decir, que a un pastor manchego se le se cayeron dos cabras, de las de hacer cabrales falso. Por un bujero que bien pudiera ser un embudo de las bombas de aviación. Así lo ha de decir Zenón, bujero, para que se note que es militar pero socialista. Además, ceceando, por el gran impacto mediático de la Z. "¿Dónde se han perdido esas cabras?" preguntas. "En CabañeroZ, Zeñor PreZidente". ¿Ves? Zetas por todas partes. Te han gastado el ZP pero no nos rendimos. La Zeta hace ambiente, como el setter. "El paZtor ha cavado aquí y allá y también Ze ha caído".

-¿Dónde? -preguntó el presidente, atrapado por el misterio.

-En lo hondo. ¿Qué más dará José Luis: es un pastor virtual. Tú dices entonces a Zenón: "¡Cielos!"

-¿Y por qué no digo "carajo", que es más socialista y viril? Lo sé en idiomas: Carall, carallo, caray. ¿Eh?

-Dices al buen Zenón "¡Zambomba!" y quedas como un señor. Te estremeces humanamente y preguntas "¿los han rescatado?" "Zí, Zeñor PreZidente, pero lo importante no eran las cabraZ, que eZtaban entretenidaZ balando y Zonando el cencerro". La cámara, que hace un plano americano de pastor encendiendo mechero, abre el campo y, entre la bruma de túnel, creemos ver una pila de bombas atómicas: se sabe porque llevan pintadas unas aes enormes. Son de esas tan cabezudas e hinchadas que tiraron en Japón. De las primeras, que eran alemanas y tenían la cabeza cuadrada. Las imágenes han substituido las explicaciones de Zenón y vemos enseguida que te pones en pie, muy dinámico, con un jersey de rombos y un gesto de confianza en ti mismo. "¿Bombas atómicas dice, Zenón? ¿Y en un parque nacional para borregas?" "Zí, Zeñor PreZidente. En la Mancha. BombaZ como camioneZ". Te apresuras, corres hacia la puerta, donde te esperará el helicóptero que vas a conducir hasta Cabañeros. La Mancha.
La confusión ZP


-¿Digo otra exclamación socialista, Pepiño? Por las barbas de Abraham que no manejo un helicóptero: debo sobrevivir a las elecciones. Más que nada por el bien de España.

-No, no, Presidente. Sólo se finge ante la cámara. Con un poco de ruido y tú metiéndole un meneillo al colector, ese palo de volar, queda propio. Serás piloto como el príncipe, que no hay nada que haga la Monarquía que no pueda hacer la Republicanía. Además, en el camino hacia el helipuerto, con una bufanda blanca de piloto de la Primera Mundial o de Snoopy, recuerdas una cosa. "Claro -dices-. Lo de Giral". Así se da suspense y misterio a la película. Mientras conduces el cóptero por el ancho cielo de Castilla-la Mancha, le cuentas la historia a un policía militar con metralleta. "Giral era Presidente del Gobierno de la República y, aunque salió por pies, siempre fue fiel a la causa". El PM hace el gesto de haberse quedado con la copla, y un negro en los asientos traseros también. Hay que poner, para que se te vea cosmopolita, negros, moros subsaharianos, hispanolatinoamericanos y algún francés: que se note que te preocupas por las civilizaciones marginadas. "Al terminar la segunda guerra mundial, Giral quería que la ONU invadiera España y le hiciera presidente por antigüedad. -dices a la concurrencia-. Por eso declaró que había dos mil y pico sabios alemanes construyendo bombas atómicas para Franco que, sin duda, las lanzaría contra Rusia, bueno era".

-No me sabía eso de Giral. ¿Y lo soltó en la ONU?

-Con dos cojones, presi.

-Ahora me explico esas bombas de cartón, apiladas ahí, que me imagino que un artillero no las amontonaría así.

-Pero así es como hacen más impresión. Puestas como una pila de leña de chimenea. La gente dice "Oooh". Y los del PP de baja graduación dirán "Oooh". Hasta los letrados de las Cortes, fíjate. Porque todos se imaginan el petardazo que pueden pegar esas bombas tan poco aerodinámicas. El grosor las hace antipáticas.

-¿Y si se chiva el fallero valenciano que te las ha hecho, Pepiño?

-Que diga lo que quiera. Con decir que es cosa de los conspiranoicos que no se han recuperado aún de la pérdida del poder y que quieren disimular lo del Prestige y lo del Irak, que parece que fue ayer.

-¿Y los niños esos de la escalera, de dónde salen?

-Son imprescindibles y, además, la gente sabe de dónde salen los niños y no pregunta. Has quedado espléndido bajando las escaleras del sótano con ellos de la mano y una fila de militares sin graduación al lado y detrás. Es una versión de los SS bajando al paso, seguros y precisos, que salió en la película de la Riefensthal, que a saber cómo se pronuncia. Una escena formidable que, si sirvió para Hitler, también te funcionará. Y luego tú, mirando a las once y diciendo "¡Oh, Dios mío!". Son exigencias del guión. Entonces la cámara te coge por detrás y se te ve frente a las bombas atómicas, cogiendo de las manos a los niños para protegerlos y rodeado de soldados sólidos pero reverentes, de algún moro y etcétera. Al pie de las bombas, Ricardo, el esqueleto de plástico, con un casco de cruz gamada, un correaje negro y una escopeta. Indica el peligro que corres y que corre el Gobierno de España. Aquellos fascistas mataron a un tío para que hiciera una guardia permanente: menos mal que estás ahí para salvarnos.

-Entonces -siguió Pepe Blanco- sonríes modelo "tripa llena", y miras a la cámara. "Cabo..."

-¿Y por qué no un general?

-Puede que no tragaran con esta versión libre. Cosas suyas. O sea, miras a la cámara y dices "Cabo, que se envíen las bombas al Irán para que vayan dialogando".

-"¿Y el muerto, Zeñór PreZidente?", dice Zenón, que es un alivio cómico y los que hacen "zopaz" dan mucha risa. Vuelves a sonreír, esta vez modelo "Mefisto" y dices dos o tres veces, con tu estilo de siempre "Al Valle de los caídos por fascista. Por fascista, si. Al Valle. ¡De los Caídos!", o algo por el estilo.

-¿Y no será abusar del público?

-El público con derecho a voto es del político que lo agarra antes.

El presidente revisó los alrededores: "Y ahora que estamos solos, menos el setter prestado, ¿cómo harás para que la gente me vea levitar antes de que salga el halo, Pepe, y sin que se vea debajo la colchoneta gorda, de pértiga?

Arturo ROBSY

Zapatero a vista de pájaro

DE SUMOS SACERDOTES LEGOS

DE SUMOS SACERDOTES LEGOS.

Las cosas no serán lo que deben, tranquilas y justas hasta que no se les de el nombre verdadero y se guarden de ellas memorias claras y, así, puedan identificarse por sus objetivos.
Llama la atención, por paradójico, que el social-comunismo haya cargado su ley de revancha sobre la palabra "Memoria", pero sirve muy bien para identificar hacia dónde se va. La raíz indoeuropea "(s)mer-1)" tiene un sentido general de "recuerdo", pero también da sorpresas, como entre los anglosajones "airm(m)ert", prohibición. Más curioso, y a propósito parece, es que esta raíz de la débil memoria que disfrutamos, originara en griego la voz μarty(ro)s, o sea, mártir. Y de mártires hablan el Vaticano, que los canoniza, y el frente Zapatero que, en nombre de su memoria, los silencia.

-No irá a negarme usted el derecho a hablar de lo que me de la gana o de callar.
-Como Vuecencia me niega el de oír lo que quiero o a no oír.

¿Y qué es la historia? No vale decir "lo que escriben los historiadores que pagamos", ni "lo que conviene a los partidos que pagamos". Su origen más antiguo disponible es la raíz "weid-", ver, hallar, saber. Y de ella el griego "historía", conocimiento. Con que algunos coterráneos lo tuvieran sabrían que, si es verdad lo que dan por cierto con su revanchismo, no hacen más que estimular a su repetición; y si no es verdad lo que nos cuentan, cometen una injusticia contra todos los españoles, que tienen derecho, por ley, a recibir de los bobiernos (sic) información veraz. O sea, conocimiento cierto. Historia.

Lo que permite ver el asunto en todas sus dimensiones es comprobar que el liberalismo revolucionario del Siglos XVIII, que convirtió al Siglo XIX, en el mundo y en España, en un tiempo de guerras, matanzas y explotaciones, tuvo a su tiempo una escisión, que revistió la forma de herejía: El Socialismo Científico, con todas las características de una religión: cosmogonía, mitos, verdades reveladas, profecías y ritos. Su misión, salvar al hombre en la tierra, en vivo, conduciéndole a la sociedad comunista, o sea, al mismo páramo al que lleva el liberalismo: donde la Sociedad Anónima sea la propietaria absoluta de las empresas, para los liberales, lo que conduce a una propiedad universal en muy pocas manos; o donde sea el Estado el propietario. Nunca los hombres. Y un dios vengador, insomne: el Estado, que se convierte en único árbitro de la verdad, del bien, del pecado y de la penitencia, auxiliado por su profeta El Partido.

Nuestros socialismos son una religión nueva y, por lo tanto, fanática y proclive a las cruzadas. No es casualidad que el liberalismo revolucionario fuera substituido por el Socialismo Científico (así se llamaron, con modestia), ni que si el liberalismo derramó una furia sobre otra religión, en pura competencia, el catolicismo, el social-comunismo hiciera igual. Con unción, porque ambas religiones materiales se atreven hasta establecer dogmas sobre cómo aparecieron la tierra y el hombre.

No es casualidad, sino constancia, que el liberalismo español, tras la Guerra de la Independencia, procurara la desaparición del clero, su matanza y el pillaje de los bienes de la Iglesia, hasta la llegada de la "Herejía Liberal", el socialismo científico (Psoe y Pc) que recogió la misión sagrada de acabar con el clero y trincar sus propiedades a mayor gloria del estado total. Como suele suceder en la historia, tras los almohades llegan siempre los almorávides.

Hagan cuenta de que el señor Zapatero no es un tonto, ni un líder ni un político, sino un sacerdote iluminado, un cardenal de secta. Un hombre con una nueva fe. O sea, recuérdese que "fanático" (dhês- )pertenece a una familia que dio a luz a "entusiasmo" (furor o arrobamiento de las sibilas), "apoteosis", "fano" o templo y fanático, que es "el inspirado por un furor divino".

Sólo si se observan el comunismo y el socialismo como religión nueva obstinada en borrar a las viejas, disculpando su particular guerra santa sangrienta, y predicando su fe en el Estado por todo el mundo, dios burócrata que gobierna también el alma y dice qué es el bien y qué el mal, se entiende el por qué de la constancia en la persecución de sacerdotes católicos y de creyentes, y la cacería de cuantos pensaron y pensamos que el Estado debe atenerse a una justicia exterior a él, a una moral como la del individuo responder de sus errores ante los hombres y no obstinarse en ser un sistema de mitos y leyendas que prometen victoria y venganza universales, paraíso material y salvación mediante rebaño en tanto el Gran Estado confecciona al "Hombre Nuevo" que no acaba de llegar ni abonándolo con hemoglobina.

Pero el Sumo Sacerdote Zapatero tiene los dedos cortos y gordos, y las manos chatas, lo que no suele ser garantía de espiritualidad. El Padre Estado elige a los suyos para una religión bárbara más. Eso explica sus hechos en Rusia, China, Camboya, Somalia, Perú y, claro, en España y ha llenado el universo de miradas torvas y de salvajadas que nadie se ha atrevido a llamar lo que son: Genocidios. Que no prescriben.

VENGANZAS MÍSTICAS
Tengan aquí uno de los miles de comportamientos de la Inquisición roja que, desde siempre, ha substituído justicia por venganza, que es una clase de democracia que en efecto ñractica mucho el pueblo bajo; o sea, bajo el socialismo.

El doctor Albiñana Durante su actividad parlamentaria se burló de las izquierdas
perdedoras, se cebó con Azaña, dedicó toda su actividad a despreciar
el parlamentarismo, llegó a liarse a puñetazos con un diputado
comunista, el doctor Bolívar, en dos ocasiones, zarandeó a Indalecio
Prieto que le respondió con una bofetada, llegó un punto que sus
propios compañeros de minoría lo relegan a la comisión de
comunicaciones para que no moleste.

Estando en Burgos se dirige a Madrid a pesar de las advertencias en
contrario, a trasmitir las últimas consignas. El 17 de julio se
despide de sus amigos burgaleses y marcha a la capital.

El fracaso del golpe en la villa y corte causa la represalia política
de las izquierdas y los milicianos se lanzan en su búsqueda. Albiñana
tiene que disfrazarse de invidente para poder recorrer las calles de
Madrid sin ser reconocido, y refugiarse en casa de un sacerdote
amigo. Como tampoco es lugar seguro y tras la caída del Cuartel de la
Montaña, Albiñana se dirige al Palacio de las cortes, disfrazado aún
de invidente, buscando asilo en el edificio y haciendo constar su
calidad de diputado electo, precisa y paradójicamente de un sistema
en el que el no creía.

Albiñana fue alojado en un habitáculo de la enfermería, hasta el 3 de
agosto de 1936. De allí sale con la garantía personal de Jose Giral,
jefe de gobierno, y acepta ser trasladado a la cárcel modelo, el
presidente de las cortes le envía su propio automóvil para
trasladarlo escoltado por policías. El tribunal supremo dicta su
libertad inmediata, pero la policía lo mantiene en la cárcel
aduciendo que era un peligro público. (La poli ya era juez, testigo y verdugo, pero muy democrática)

El 23 de agosto milicianos armados asaltan la modelo y se adueñan de
ella, los anarquistas quieren fusilar a todos los "fascistas", los
socialistas se niegan, finalmente se llega a un acuerdo y se decide
asesinar a un porcentaje determinado. Albiñana está entre los
elegidos... Le someten a una parodia de juicio y uno a uno los van
bajando al patio para ser fusilados. Según narra J. Rico Estasen en
Memoria y recuerdo del doctor Albiñana
(Informaciones 22-8-1959) "A Albiñana le reservaron una suerte
especial. Le golpearon con saña, simularon varias veces su
fusilamiento con balas de fogueo y terminaron matándole con dos
balazos, luego los milicianos separaron la cabeza del tronco y al
colocaron entre las piernas del cadáver. Así fue enterrado en una
anónima tumba colectiva del cementerio del este." (14 y 15)

Eduardo Connolly

MÁS LEGALIDAD REPUBLICANA. QUE NO DECAIGA:

Del 25 al 26 de agosto de 1936, por
orden expresa del Frente Popular, fueron abiertas en
Valencia la cárcel Modelo y el presidio de San Miguel
de los Reyes, en que cumplían su condena, por delitos
graves, centenares de delincuentes comunes. Sólo se
exigía para la libertad que los excarcelados se
afiliasen —dentro de la misma prisión— a cualquier
partido político del Frente Popular. Los
expresidiarios, libertados en masa, pasaron a engrosar
las milicias dependientes del grupo de defensa de la
C. N. T. y a partir de entonces, organizada ya a base
de estos elementos la «Columna de Hierro)), esta
unidad roja lleva a cabo toda clase de crímenes en las
provincias de Levante, siendo varias las prisiones
asaltadas por estos expresidiarios, que dieron muerte
en ellas a multitud de presos políticos cuya detención
era debida a sospechárseles desafectos al Frente
Popular. En Valencia, el 14 de septiembre de 1936, es
asaltada la cárcel Modelo por dos centurias de la
«Columna de Hierro», mandadas por José Pellicer Gandía
y Pascual Rodilla. Y en la misma fecha asaltaron el
Archivo de la Audiencia y el del Gobierno Civil, sin
que las autoridades rojas se opusieran ni aun
formulariamente a estas actividades. De dicha «Columna
de Hierro» se disgregaron varios grupos intitulados
«Nosotros», «Los Indeseables» —formado por catalanes—,
«Los Iconoclastas» y «Star», que tuvieron sometida a
su capricho la región valenciana.

Arturo ROBSY