lunes, 29 de octubre de 2007

La paradoja temporal

LA PARADOJA TEMPORAL

Con eso de no moverse de los años treinta, los socialistas han creado una paradoja temporal de Premio Nobel: el progreso y la democracia consisten en volver a empezar el mundo a partir del año 31. Si alguien prefiere volver al año 78, tan constitucional, es un nostálgico, ya saben.

En los 60, 70, 80, 90 y después, fue igual siempre: “Hay que arreglar esto de la guerra. La hemos de ganar definitivamente: lo dicen hasta en las logias”. Y, según las décadas, había unas u otras razones para demostrar que la república que sovietizaron era el paraíso en la tierra, y para hacerse el loco respecto a los “daños colaterales” que produjeron, incluido el propio Levantamiento, que aun ahora dicen que fue conjura de curas, banqueros y nazis. ¡Y hablan de conspiranoicos! O sea, con dos cojones.

Hasta la derecha ha cometido el mismo error que la de Gil Robles entonces: no acertar a defenderse e insistirnos con mucho susto en que se ha de hablar del futuro porque, si no, la llaman nostágica y extrema derecha, cuando en realidad el único futuro que parecen perseguir los socialcomunistas es 1931. Tienen que “arreglar” 1931 y, de paso, 1936. Es que no se les va de la cabeza.

El sabio Fusi, historiador, ha recordado que en el 77 y 78 se hizo otra memoria histórica que se nos ha olvidado. O sea, Franco, qué malo; calles y ciudades borradas del mapa, escudos nacionales defenestrados, con crucifijos, monumentos, libros, bustos, retratos y lo que se pillaba. “Devolución” de patrimonios a los buenos republicanos, normalmente pagados con el dinero de los tiempos de Franco. “Tanto así para los sindicatos clasistas. Tanto asao para los partidos clasistas”.

Y no sólo entre el 76 y el 78, no. Se han pasado los 32 ó 33 años dale que te pego con los lamentos republicanos y la necesidad de discriminación. Pobrecitos ellos, los buenos, que el Ejército, sin tener razones, les empezó a vencer y poner en fuga. Con subterfugios, claro. A ellos, que eran los leales y los demócratas y tan listos que, disponiendo de la mayoría del ejército, lo disolvieron por si las moscas. Genios que eran.

Pero, desde antes de la muerte de Franco, España ha sido una larguísima memoria histórica fracasada y carísima, como aquello de los ascensos de “los leales”, convertidos de tropa vencida a oficiales y jefes, cobrando atrasos. Más de treinta años a todo vapor para satisfacer nostalgias; algunas de ellas asesinas.

Y, entonces. Zapatero. Con gran originalidad le parece que hace falta más memoria de esa, cuando lo que es menester es más entendimiento, porque ya son muchos años derribando para que nos creamos que lo hacen por rectos motivos: brincan entre la venganza y la voluntad de conseguir los objetivos que se fijaron sus abuelos en 1931. Es decir, una tiranía de gran porte, donde haya leyes para unos y para otros, según sean de los buenos ateos o de los malos católicos. Véase que al Obispo de Menorca, anciano y ciego, lo mantuvieron vivo para que firmara un comunicado propagandístico diciendo que aquella falsa república respetaba la libertad de culto.

El genial Zapatero sólo da más de lo mismo, pero algo más cargadito de bombo y charanga. Aquí ya sólo quedan tres cosas que derribar. Todo p or la demagogia. Así que es el momento de decir al chisgarabís que el 31 no es el futuro, porque no lo sabe. A no ser que sí, que 1931 sea el futuro que aguardan desde 1939; el que buscan y quieren.

Repetir y repetir el mundo hasta que les salga bien. Pero entonces va el Papa y beatifica a muchos muertos de un golpe. Todos de un bando y ni uno sólo de “los leales”. Qué cosas.

Arturo ROBSY

Los hombres estos fusilaron el Sagrado Corazón del Cerro de los Ángeles.
Bajo un gobierno socialista. Del Psoe.
La foto es una composición para
orientar al Psoe de hoy y de Zapatero.

domingo, 28 de octubre de 2007

Ni Stalin ni las SS: Ellos

Habla de la Legalidad Republicana, pero sabe estas cosas.

VOTA AL PSOE DE 1936, PERO RECUERDA QUÉ GENTE ERA. PERDONA PERO NO OLVIDES POR ORDEN DE LOS SOCIALISTAS DE HOY.

¿Son los mismos aún, como su nombre?

“Mi hermano -dice una hermana que aún vive- sufrió un martirio de ocho días, con palizas de tres horas y corrientes eléctricas diarias. Le pusieron delante malas mujeres para que rompiera su voto de castidad, pero él las rechazó. Entonces, los milicianos cogieron una navaja y le cortaron sus partes”

El martirio de Juan Duarte es de una extrema crueldad, pero sus muchos asesinos no estaban locos sino movidos por el socialismo. Fue delatado por una vecina y el 7 de Noviembre empezaron a torturarlo. Le pidieron que blasfemara y no cedió. Luego, lo demás que ya va dicho. El 15 de Noviembre lo llevaron al arroyo Bujía, en Álora, medio muerto y con las piernas partidas. Pero no era bastante: en vivo le abrieron el cuerpo, le inundaron con gasolina y le prendieron fuego.

Durante varios días algunos milicianos continuaron disparando al cadáver yaciente en tierra.

Milicias del Psoe, del PC y de la FAI, del Frente Popular, a los que la nueva ley hará la caridad de una memoria con enormes agujeros de olvido. Es probable que los asesinos ya estén muertos y que las víctimas los perdonaran, pero no hay ningún motivo religioso ni humano para perdonar unas ideas bárbaras que convirtieron a tantos hombres en psicópatas homicidas aplicando la legalidad republicana.

Arturo ROBSY

Y ahora di, como algunos de hoy, que los socialcomunismos eran una buena idea, pero mal aplicada. Que se les caiga la cara de vergüenza al hablar de aquellos sanguinarios como demócratas. Qué cinismo. Alabarlos es, sin duda, hacerse cómplice de las alimañas. Qué aventuras hace correr Zapatero a España.

jueves, 25 de octubre de 2007

La Gran Z

La Gran Zeta



En la Moncloa de España, do juran los hijosdalgo, hubo un pájaro canoro que trinaba mientras revoloteaba por salones y dependencias. Era el Nuevo Z. Quitarse el mote antiguo de ZP le daba la impresión de salir de la tintorería: había tragado mucho por él, que si zetapeta, que si zape, que si zapatiesto. Bien que había avisado en la otra campaña, antes de las bombas:

-¿Seguro, Pepiño?

-Lo que yo te diga, José Luis. ¿Sabes por qué aguantó tanto Felipe en el gobierno aunque le pillaban gente llevándose la caja? Porque se llamaba Felipe. No es un nombre común pero tampoco exagerado. O sea, eso no le hubiera salido de llamarse Joshua. Fe-li-pe: tres sílabas. Lo justo. No de cuatro, que se hacen engorrosos: “Mariano” llena demasiado la boca y suena a chiste del Forges. A Felipe todos le llamaban Felipe y era como charlar de un conocido, de un amiguete. Nos hubiéramos reído si alguien lo llega a llamar Excelentísimo Felipe. Y no creas que no lo potenció con aquellos homenajes al F.L.P, frente de liberación popular, o sea, puro realismo mágico.

¿Y por qué no puedo llamarme como me llamo, hombre? Lo de ZP fue una esquizofrenia, todos cambiados. Mi mujer se me quedaba mirando, como abstraída, y al final me decía ¡ZP! y se moría de risa.

-Un nombre compuesto no es buen conceto, presidente. Fíjate en Aznar. Tuvo que coger el apellido porque lo de José María tenía cuatro sílabas, justo como Zapatero. Además, el intento de llamarlo Josemari quedaba algo amariconado. Siempre te digo que cuatro sílabas empalagan, y menos mal que te he quitado el vicio de decir “solidaridad”. Pero lo tuyo sería peor que lo de Josemari: “Joselu”, no te digo más. ¿Crees que un buen socialista, pendiente de la revolución, puede votar a un Joselu sin que se le salte un pendiente?

-En lo de Joselu llevas razón. Y con la Z, , mucho mejor que ZP, incluso si me dicen que soy el último del abecedario, puedo responder que no soy el último del alfabeto sino el primero del mañana.

-Mal conceto y no quieras saber por qué sin ponerte la camisa azul. Hace cuatro años ya estuvo mal lo de “Por una España Mejor” de los carteles, recuerda. Y eso de “los primeros del mañana traería sus dimes y diretes falangistas.

-¿Seguro? Queda propio y al alcance de cualquier mente socialista. Hace pensar, Pepiño. Como si fuera a amanecer.

-¿Ves lo que digo? Esto es el Psoe y aquí no amanece. No fastidiemos José Luis. En los tiempos de Felipe no se pudo hacer nada por un diputado nuestro que dijo en televisión que le gustaba cantar. El tío quería apuntarse el tanto de tocar el piano, que es grande y siempre hace inteligente, pero el analfabeto cantó eso de “Yo te daré, te daré una cosa”.

-Te daré niña hermosa, te daré una cosa, una cosa que yo solo sé: ¡Café! -terminó el Nuevo Z. Es como regional, música popular inocua.

-Ahí, ahí le duele. En la inocuidad. ¿Sabes cómo se escribe ese café que cantas? C.A.F.E. o sea “Camaradas Arriba Falange Española”, y era la canción consigna de los conjurados para el 18 de julio, como lo de “Grándola” de los portugueses. ¿No se te hacía raro que dar café fuera algo que sólo sabía el que cantaba?

-Bien mirado, Pepiño... Menos mal que estás tú para andar con pies de plomo.

Pero a los pocos días el señor Zapatero se había aclimatado a la nueva fe de bautismo y se sentía como Señor Z, o sea, al estilo de aquel Mister T del quipo A, pero con el cuello más largo. Además, había tenido una idea y de ahí que trinara bellamente por la Moncloa. También trinaría por la Zarzuela si le llevaran. Se trataba de la fiebre de Hollywood.

-¡Ah, Pepiño! -exclamó llegándose al secuaz en un vuelo de gorrión- Ayer vi en Canal Plus una cosa de el Zorro. Qué tío. Un pistolero a sable. Y todos llevándole la contra con sable en vez de darle un tiro. Qué merluzos. O sea el Gran Z y venga a firmar en el culo de los malos con tres cortes de cuchilla. ¡Qué propaganda! ¿Habías pensado en ello?

-Sí, pero aún dudo. Hay que ser familiar pero no histrión. Piensa en lo del zorro en el gallinero y también en el zorrocloco. En el cine sólo te enseñan lo bonito, pero todo es fingimiento y tramoya.

-¿Cuándo hacemos el vídeo del Gran Zorro? Estás cansado de explicarme lo bueno que es que hablen de uno aunque digan la verdad.

-Dicen los americanos que no hay publicidad mala. Y, otro, que si le dan mil millones de dólares hace presidente al más tonto de Estados Unidos. Pero son leyendas. Puede que hasta leyendas urbanas. ¿Crees que no he pensando en lo que pasaría si todas las presentadoras de telediarios de nuestras televisiones dijeran al empezar “Zetas noches”? ¿Te votarían más o menos? Es un misterio. Decir Zetas noches sin explicarlo, porque José Luis, hijo, no se te entiende mucho. La derecha extrema te llama “el reduplicado”.



-¿Y por qué no hacemos lo del Zetas Noches? ¿Por lo que digan los derechistas y banqueros?

-Tiene que haber un límite para la dignidad del cargo, hombre. Sonreír, sí, pero no hacer el payaso. No podemos anunciarte como si fueras cacao maravillao o mayonesa.

-¿No?

-No. Ni tampoco ponerte una canción de esas pegadizas, “lo toma el socialista y se hace el amo de la pista”.

-Pero un vídeo sí se puede, Pepe. De negro; un pañuelo amarrado a la chola y un sombrero cordobés. Por ahí va el Gran Zeta redimiendo a los pobres y enderezando entuertos a cintarazos. Los maleantes y los indocumentados temiendo en la noche, no sea que les salga y los pinche como a una aceituna.
-¿Y el sable? ¿Y el caballo?

-El caballo puede estar suelto en los jardines: además, hay que dar pistas porque lo bueno del Zorro es que todos saben quien es, menos los malos de la película. Si ven el caballo los periodistas dirán “Ya está: Zapatero es el Gran Zorro”. Y el sable puede ser una faca de siete muelles, que impresiona. Además, si a la gente le gusta el Banderas de Zorro, ¿voy a ser menos? ¿Qué tiene él que no tenga yo, si se exceptúa a Melanie? No es por presumir pero bien garrido y lozano soy. ¿No me eligieron por eso, porque parece que no he roto un plato? Y me doy un aire a Tony Perkins.

Para don Pepe Blanco no era un buen conceto hacer un vídeo de Zapatero-Zorro, aunque fuera verdad eso de que no había publicidad mala. Si le apetecían los disfraces, ¿por qué no una tanda de fotos en Elle, con uniforme de tenista, que suele sentar, o montando a caballo con la gorrita negra y pantalones briches, besando, como a escondidas, a una hollywoodiense, pilotando un Airbús de los gordos o colgando un muñeco a Rajoy en el Parlamento?. “Pero -se dijo- no se llega a presidente sin ser algo ocecado”.

Así que cedió a la fuerza y colaboró con una faja de esas que algunos se ponen con el esmoquin. Doña Son entregó un cordobés negro de una vez que la invitaron a una capea, y el presidente sacó una camisa negra, con mangas que se abombaban en el puño, de las que se probó en los mítines. Y un par de gafas de sol para antifaz.

La faca para la faja tuvo que ser de latón con arabescos, de esas que ponen “Recuerdo de Graná”, y no hubo botas hasta que participó el ayudante de su cuarto militar, don Zenón.

-Seguro que algún guardia de la guardia -o sea, me entiende- tiene botas altas, Zenón.

-No, Zeñor. No tenemoz caballería. Pero yo zí. Lo dejé cuando el caballo ze me cayó encima.

-Dese la vuelta y enséñeme el pie.

De todos es sabido que para verle el pie a un ayudante hay que ponerle de espaldas y rogarle que doble la rodilla, como para herrarle. De lo contrario, o sea de frente, tienden a caerse.

-Tráigalas, Zenón. ¿Dónde te has metido, Pepe? Ya hay botas.

-Le he vizto zalir hace un inztante.

Al final, con el Gran Zeta bien aparejado, se llegaron a Princesa, a una cervecería de estudiantes donde, según don Pepe, nadie pestañearía aunque entrara alguien vestido de conejo. Así comprobarían la potencia mediática del Gran Zorro. Si llamaba la atención a los jóvenes habría vídeo.

Introducidos los guardaespaldas, apenas catorce o quince, entraron Pepiño y el Gran Zorro en persona.

-Te esperaba ayer. -le dijo el barman.

-¿A mí?

-¿Y a quién si no? Dijiste que ayer vendrías a liquidar y no has liquidado. Bien generoso estabas el lunes invitando y persiguiendo a esa titi de medicina. La lástima fue que no tuviste los doscientos europeos.

El Gran Zorro tocóse la faca de latón, comprobó el sombrero y se miró las botas, que brillaban, negras, sobre los cadáveres de mejillón.

-Oye -dijo al fin, muy juvenil-, que se me había olvidado.

-No me extraña: le diste un buen sorbo a la casa Mahou.

No es conveniente desconcertar a un Presidente vestido de El Zorro. Es natural que se sienta ridículo de por sí, pero si se le reclama una deuda de doscientos europeos en lugar de preguntarle qué va a ser, se atranca y la mente le hace un bucle.

-¿Doscientos, dices?

-Sin propina, doscientos. Y lo que cuelgue.

-Pepe -dijo el señor Z sacándose las gafas y el sombrero antes de que se le saltaran- ¿Puedes prestarme doscientos euros.

-Pero ¿qué te has tomado, “Joselu?”

-Venga la pasta y calla.

El camarero sonreía. Pepiño sonreía, aunque algo más de torcido. Algún escolta sonreía fingiendo toser. El mundo parecía haber retornado de Hollywood a la razón, decidido a aplicar las rígidas normas para presidentes. Ya en la Moncloa, don José B. quiso disfrutar algo más del éxito:

-Cuando quieras hacer ese vídeo del Gran Zorro...

-Antes, de lagarterana, Pepe. El propio Felipe quiso vestirse de eso.

Había tristeza en su voz.

Lo que no sabía es que, mientras buscaba las botas, su fiel seguidor llamaba a la cervecería, porque el barman era un buen militante y quería entrar en Hacienda.

-Llegaré dentro de un rato con un tío vestido de negro. Le reclamas veinte euros y ya está.

Pero el cervecero era un socialista despierto y, al reconocer al señor Nuevo Z, pidió doscientos. Ya que se hacen las cosas, que tengan realismo.

-Antes, de lagarterana, Pepiño. -insistía el presidente, y no daba muestras de acordarse de las doscientas macarias extraídas a don Pepe, aquel cerebro que no pudo consentir que el presidente de todos estropeara la campaña con aquellas botas altas de fascista nazi. El sombrero, en cambio, le favorecía.

-He pensado -dijo Zetapé Zeta- en un verso de Zorrilla para soltar en la aprobación de la Memoria Histórica: “Si mala vida os quité, peor sepultura os di”.

-Sí. -suspiró don Pepe.

Arturo ROBSY

lunes, 22 de octubre de 2007

Píjolo mondo


Píjolo mondo (la película)

-Pon la boca redonda y las cejas p'arriba. -ordenó Pepe Blanco-. Mira a las once, como los pilotos y dí "¡Oh, Dios mío!

-Nanay, Pepiño. ¿No ves que soy un rojo de importancia? No se puede forzar tanto mi sensibilidad.

-Pero, Presidente: cualquier votante diría eso al encontrarse en tu situación.

-Esa es otra, porque no sé en que demonios de situación estoy. Que si escaleras, que si búnker...

-Verás: tú estabas en palacio, pensando en lo que piensan los presidentes amados por el pueblo, ya sabes, que si esto, que si aquello, cuando entra tu ayudante de campo. "¿Qué hay, Zenón?" .le preguntas- "Lo veo algo Zurrado". Entonces sientes interés humano y rascas la cabeza de ese setter que nos han prestado: el color melocotón hace hogareño y los detalles lo son todo. O sea, te pones en posición de consuelo, que es levantando un poco la vista, la barbilla y las orejas, y oyes con serenidad la explicación de Zenón, que si tal, que si cual y mira por donde no me lo esperaba, es decir, que a un pastor manchego se le se cayeron dos cabras, de las de hacer cabrales falso. Por un bujero que bien pudiera ser un embudo de las bombas de aviación. Así lo ha de decir Zenón, bujero, para que se note que es militar pero socialista. Además, ceceando, por el gran impacto mediático de la Z. "¿Dónde se han perdido esas cabras?" preguntas. "En CabañeroZ, Zeñor PreZidente". ¿Ves? Zetas por todas partes. Te han gastado el ZP pero no nos rendimos. La Zeta hace ambiente, como el setter. "El paZtor ha cavado aquí y allá y también Ze ha caído".

-¿Dónde? -preguntó el presidente, atrapado por el misterio.

-En lo hondo. ¿Qué más dará José Luis: es un pastor virtual. Tú dices entonces a Zenón: "¡Cielos!"

-¿Y por qué no digo "carajo", que es más socialista y viril? Lo sé en idiomas: Carall, carallo, caray. ¿Eh?

-Dices al buen Zenón "¡Zambomba!" y quedas como un señor. Te estremeces humanamente y preguntas "¿los han rescatado?" "Zí, Zeñor PreZidente, pero lo importante no eran las cabraZ, que eZtaban entretenidaZ balando y Zonando el cencerro". La cámara, que hace un plano americano de pastor encendiendo mechero, abre el campo y, entre la bruma de túnel, creemos ver una pila de bombas atómicas: se sabe porque llevan pintadas unas aes enormes. Son de esas tan cabezudas e hinchadas que tiraron en Japón. De las primeras, que eran alemanas y tenían la cabeza cuadrada. Las imágenes han substituido las explicaciones de Zenón y vemos enseguida que te pones en pie, muy dinámico, con un jersey de rombos y un gesto de confianza en ti mismo. "¿Bombas atómicas dice, Zenón? ¿Y en un parque nacional para borregas?" "Zí, Zeñor PreZidente. En la Mancha. BombaZ como camioneZ". Te apresuras, corres hacia la puerta, donde te esperará el helicóptero que vas a conducir hasta Cabañeros. La Mancha.
La confusión ZP


-¿Digo otra exclamación socialista, Pepiño? Por las barbas de Abraham que no manejo un helicóptero: debo sobrevivir a las elecciones. Más que nada por el bien de España.

-No, no, Presidente. Sólo se finge ante la cámara. Con un poco de ruido y tú metiéndole un meneillo al colector, ese palo de volar, queda propio. Serás piloto como el príncipe, que no hay nada que haga la Monarquía que no pueda hacer la Republicanía. Además, en el camino hacia el helipuerto, con una bufanda blanca de piloto de la Primera Mundial o de Snoopy, recuerdas una cosa. "Claro -dices-. Lo de Giral". Así se da suspense y misterio a la película. Mientras conduces el cóptero por el ancho cielo de Castilla-la Mancha, le cuentas la historia a un policía militar con metralleta. "Giral era Presidente del Gobierno de la República y, aunque salió por pies, siempre fue fiel a la causa". El PM hace el gesto de haberse quedado con la copla, y un negro en los asientos traseros también. Hay que poner, para que se te vea cosmopolita, negros, moros subsaharianos, hispanolatinoamericanos y algún francés: que se note que te preocupas por las civilizaciones marginadas. "Al terminar la segunda guerra mundial, Giral quería que la ONU invadiera España y le hiciera presidente por antigüedad. -dices a la concurrencia-. Por eso declaró que había dos mil y pico sabios alemanes construyendo bombas atómicas para Franco que, sin duda, las lanzaría contra Rusia, bueno era".

-No me sabía eso de Giral. ¿Y lo soltó en la ONU?

-Con dos cojones, presi.

-Ahora me explico esas bombas de cartón, apiladas ahí, que me imagino que un artillero no las amontonaría así.

-Pero así es como hacen más impresión. Puestas como una pila de leña de chimenea. La gente dice "Oooh". Y los del PP de baja graduación dirán "Oooh". Hasta los letrados de las Cortes, fíjate. Porque todos se imaginan el petardazo que pueden pegar esas bombas tan poco aerodinámicas. El grosor las hace antipáticas.

-¿Y si se chiva el fallero valenciano que te las ha hecho, Pepiño?

-Que diga lo que quiera. Con decir que es cosa de los conspiranoicos que no se han recuperado aún de la pérdida del poder y que quieren disimular lo del Prestige y lo del Irak, que parece que fue ayer.

-¿Y los niños esos de la escalera, de dónde salen?

-Son imprescindibles y, además, la gente sabe de dónde salen los niños y no pregunta. Has quedado espléndido bajando las escaleras del sótano con ellos de la mano y una fila de militares sin graduación al lado y detrás. Es una versión de los SS bajando al paso, seguros y precisos, que salió en la película de la Riefensthal, que a saber cómo se pronuncia. Una escena formidable que, si sirvió para Hitler, también te funcionará. Y luego tú, mirando a las once y diciendo "¡Oh, Dios mío!". Son exigencias del guión. Entonces la cámara te coge por detrás y se te ve frente a las bombas atómicas, cogiendo de las manos a los niños para protegerlos y rodeado de soldados sólidos pero reverentes, de algún moro y etcétera. Al pie de las bombas, Ricardo, el esqueleto de plástico, con un casco de cruz gamada, un correaje negro y una escopeta. Indica el peligro que corres y que corre el Gobierno de España. Aquellos fascistas mataron a un tío para que hiciera una guardia permanente: menos mal que estás ahí para salvarnos.

-Entonces -siguió Pepe Blanco- sonríes modelo "tripa llena", y miras a la cámara. "Cabo..."

-¿Y por qué no un general?

-Puede que no tragaran con esta versión libre. Cosas suyas. O sea, miras a la cámara y dices "Cabo, que se envíen las bombas al Irán para que vayan dialogando".

-"¿Y el muerto, Zeñór PreZidente?", dice Zenón, que es un alivio cómico y los que hacen "zopaz" dan mucha risa. Vuelves a sonreír, esta vez modelo "Mefisto" y dices dos o tres veces, con tu estilo de siempre "Al Valle de los caídos por fascista. Por fascista, si. Al Valle. ¡De los Caídos!", o algo por el estilo.

-¿Y no será abusar del público?

-El público con derecho a voto es del político que lo agarra antes.

El presidente revisó los alrededores: "Y ahora que estamos solos, menos el setter prestado, ¿cómo harás para que la gente me vea levitar antes de que salga el halo, Pepe, y sin que se vea debajo la colchoneta gorda, de pértiga?

Arturo ROBSY

Zapatero a vista de pájaro

DE SUMOS SACERDOTES LEGOS

DE SUMOS SACERDOTES LEGOS.

Las cosas no serán lo que deben, tranquilas y justas hasta que no se les de el nombre verdadero y se guarden de ellas memorias claras y, así, puedan identificarse por sus objetivos.
Llama la atención, por paradójico, que el social-comunismo haya cargado su ley de revancha sobre la palabra "Memoria", pero sirve muy bien para identificar hacia dónde se va. La raíz indoeuropea "(s)mer-1)" tiene un sentido general de "recuerdo", pero también da sorpresas, como entre los anglosajones "airm(m)ert", prohibición. Más curioso, y a propósito parece, es que esta raíz de la débil memoria que disfrutamos, originara en griego la voz μarty(ro)s, o sea, mártir. Y de mártires hablan el Vaticano, que los canoniza, y el frente Zapatero que, en nombre de su memoria, los silencia.

-No irá a negarme usted el derecho a hablar de lo que me de la gana o de callar.
-Como Vuecencia me niega el de oír lo que quiero o a no oír.

¿Y qué es la historia? No vale decir "lo que escriben los historiadores que pagamos", ni "lo que conviene a los partidos que pagamos". Su origen más antiguo disponible es la raíz "weid-", ver, hallar, saber. Y de ella el griego "historía", conocimiento. Con que algunos coterráneos lo tuvieran sabrían que, si es verdad lo que dan por cierto con su revanchismo, no hacen más que estimular a su repetición; y si no es verdad lo que nos cuentan, cometen una injusticia contra todos los españoles, que tienen derecho, por ley, a recibir de los bobiernos (sic) información veraz. O sea, conocimiento cierto. Historia.

Lo que permite ver el asunto en todas sus dimensiones es comprobar que el liberalismo revolucionario del Siglos XVIII, que convirtió al Siglo XIX, en el mundo y en España, en un tiempo de guerras, matanzas y explotaciones, tuvo a su tiempo una escisión, que revistió la forma de herejía: El Socialismo Científico, con todas las características de una religión: cosmogonía, mitos, verdades reveladas, profecías y ritos. Su misión, salvar al hombre en la tierra, en vivo, conduciéndole a la sociedad comunista, o sea, al mismo páramo al que lleva el liberalismo: donde la Sociedad Anónima sea la propietaria absoluta de las empresas, para los liberales, lo que conduce a una propiedad universal en muy pocas manos; o donde sea el Estado el propietario. Nunca los hombres. Y un dios vengador, insomne: el Estado, que se convierte en único árbitro de la verdad, del bien, del pecado y de la penitencia, auxiliado por su profeta El Partido.

Nuestros socialismos son una religión nueva y, por lo tanto, fanática y proclive a las cruzadas. No es casualidad que el liberalismo revolucionario fuera substituido por el Socialismo Científico (así se llamaron, con modestia), ni que si el liberalismo derramó una furia sobre otra religión, en pura competencia, el catolicismo, el social-comunismo hiciera igual. Con unción, porque ambas religiones materiales se atreven hasta establecer dogmas sobre cómo aparecieron la tierra y el hombre.

No es casualidad, sino constancia, que el liberalismo español, tras la Guerra de la Independencia, procurara la desaparición del clero, su matanza y el pillaje de los bienes de la Iglesia, hasta la llegada de la "Herejía Liberal", el socialismo científico (Psoe y Pc) que recogió la misión sagrada de acabar con el clero y trincar sus propiedades a mayor gloria del estado total. Como suele suceder en la historia, tras los almohades llegan siempre los almorávides.

Hagan cuenta de que el señor Zapatero no es un tonto, ni un líder ni un político, sino un sacerdote iluminado, un cardenal de secta. Un hombre con una nueva fe. O sea, recuérdese que "fanático" (dhês- )pertenece a una familia que dio a luz a "entusiasmo" (furor o arrobamiento de las sibilas), "apoteosis", "fano" o templo y fanático, que es "el inspirado por un furor divino".

Sólo si se observan el comunismo y el socialismo como religión nueva obstinada en borrar a las viejas, disculpando su particular guerra santa sangrienta, y predicando su fe en el Estado por todo el mundo, dios burócrata que gobierna también el alma y dice qué es el bien y qué el mal, se entiende el por qué de la constancia en la persecución de sacerdotes católicos y de creyentes, y la cacería de cuantos pensaron y pensamos que el Estado debe atenerse a una justicia exterior a él, a una moral como la del individuo responder de sus errores ante los hombres y no obstinarse en ser un sistema de mitos y leyendas que prometen victoria y venganza universales, paraíso material y salvación mediante rebaño en tanto el Gran Estado confecciona al "Hombre Nuevo" que no acaba de llegar ni abonándolo con hemoglobina.

Pero el Sumo Sacerdote Zapatero tiene los dedos cortos y gordos, y las manos chatas, lo que no suele ser garantía de espiritualidad. El Padre Estado elige a los suyos para una religión bárbara más. Eso explica sus hechos en Rusia, China, Camboya, Somalia, Perú y, claro, en España y ha llenado el universo de miradas torvas y de salvajadas que nadie se ha atrevido a llamar lo que son: Genocidios. Que no prescriben.

VENGANZAS MÍSTICAS
Tengan aquí uno de los miles de comportamientos de la Inquisición roja que, desde siempre, ha substituído justicia por venganza, que es una clase de democracia que en efecto ñractica mucho el pueblo bajo; o sea, bajo el socialismo.

El doctor Albiñana Durante su actividad parlamentaria se burló de las izquierdas
perdedoras, se cebó con Azaña, dedicó toda su actividad a despreciar
el parlamentarismo, llegó a liarse a puñetazos con un diputado
comunista, el doctor Bolívar, en dos ocasiones, zarandeó a Indalecio
Prieto que le respondió con una bofetada, llegó un punto que sus
propios compañeros de minoría lo relegan a la comisión de
comunicaciones para que no moleste.

Estando en Burgos se dirige a Madrid a pesar de las advertencias en
contrario, a trasmitir las últimas consignas. El 17 de julio se
despide de sus amigos burgaleses y marcha a la capital.

El fracaso del golpe en la villa y corte causa la represalia política
de las izquierdas y los milicianos se lanzan en su búsqueda. Albiñana
tiene que disfrazarse de invidente para poder recorrer las calles de
Madrid sin ser reconocido, y refugiarse en casa de un sacerdote
amigo. Como tampoco es lugar seguro y tras la caída del Cuartel de la
Montaña, Albiñana se dirige al Palacio de las cortes, disfrazado aún
de invidente, buscando asilo en el edificio y haciendo constar su
calidad de diputado electo, precisa y paradójicamente de un sistema
en el que el no creía.

Albiñana fue alojado en un habitáculo de la enfermería, hasta el 3 de
agosto de 1936. De allí sale con la garantía personal de Jose Giral,
jefe de gobierno, y acepta ser trasladado a la cárcel modelo, el
presidente de las cortes le envía su propio automóvil para
trasladarlo escoltado por policías. El tribunal supremo dicta su
libertad inmediata, pero la policía lo mantiene en la cárcel
aduciendo que era un peligro público. (La poli ya era juez, testigo y verdugo, pero muy democrática)

El 23 de agosto milicianos armados asaltan la modelo y se adueñan de
ella, los anarquistas quieren fusilar a todos los "fascistas", los
socialistas se niegan, finalmente se llega a un acuerdo y se decide
asesinar a un porcentaje determinado. Albiñana está entre los
elegidos... Le someten a una parodia de juicio y uno a uno los van
bajando al patio para ser fusilados. Según narra J. Rico Estasen en
Memoria y recuerdo del doctor Albiñana
(Informaciones 22-8-1959) "A Albiñana le reservaron una suerte
especial. Le golpearon con saña, simularon varias veces su
fusilamiento con balas de fogueo y terminaron matándole con dos
balazos, luego los milicianos separaron la cabeza del tronco y al
colocaron entre las piernas del cadáver. Así fue enterrado en una
anónima tumba colectiva del cementerio del este." (14 y 15)

Eduardo Connolly

MÁS LEGALIDAD REPUBLICANA. QUE NO DECAIGA:

Del 25 al 26 de agosto de 1936, por
orden expresa del Frente Popular, fueron abiertas en
Valencia la cárcel Modelo y el presidio de San Miguel
de los Reyes, en que cumplían su condena, por delitos
graves, centenares de delincuentes comunes. Sólo se
exigía para la libertad que los excarcelados se
afiliasen —dentro de la misma prisión— a cualquier
partido político del Frente Popular. Los
expresidiarios, libertados en masa, pasaron a engrosar
las milicias dependientes del grupo de defensa de la
C. N. T. y a partir de entonces, organizada ya a base
de estos elementos la «Columna de Hierro)), esta
unidad roja lleva a cabo toda clase de crímenes en las
provincias de Levante, siendo varias las prisiones
asaltadas por estos expresidiarios, que dieron muerte
en ellas a multitud de presos políticos cuya detención
era debida a sospechárseles desafectos al Frente
Popular. En Valencia, el 14 de septiembre de 1936, es
asaltada la cárcel Modelo por dos centurias de la
«Columna de Hierro», mandadas por José Pellicer Gandía
y Pascual Rodilla. Y en la misma fecha asaltaron el
Archivo de la Audiencia y el del Gobierno Civil, sin
que las autoridades rojas se opusieran ni aun
formulariamente a estas actividades. De dicha «Columna
de Hierro» se disgregaron varios grupos intitulados
«Nosotros», «Los Indeseables» —formado por catalanes—,
«Los Iconoclastas» y «Star», que tuvieron sometida a
su capricho la región valenciana.

Arturo ROBSY

domingo, 21 de octubre de 2007

ZP bendecido por los voltios

Los expertos prevén que a primeros de año le saldrá el aura a Rodríguez Zapatero. O sea, la aureola, aunque su nombre técnico es "halo", esa pálida luz que, en ocasiones, envuelve la cabeza como si se hubiera comido fósforo.

-Es -dijo un experto- consecuencia de la concentración. Las sinapsis no hacen más que transmitir información por los axones, es decir electricidad que llega a los 400 Km./hora o transmisores químicos a veces cannabiáceos. Entre el rozamiento y otras cosas cerebrales aumenta el voltaje, que acaba produciendo la luminosidad perceptible a simple vista.

-¿Es posible que Rodríguez Zapatero se convierta en Santo?

-No, no, que tiene que gobernar. La refulgencia se trata de un fenómeno muy humano, de pura termodinámica: sencillamente que la energía que gasta el señor Presidente en pensar no desaparece y, como medita tanto, descarga pensamientos en la prensa y quantas en el aire.

-¿Cuántas qué?

-Oséase fotones, dicho en quántico. Un claro caso de desbordamiento. Algunos santos pensaban tan fuertemente y a menudo en los pobres que les brillaba la cabeza y hasta se desdoblaban, porque hay fotones raros capaces de estar en dos sitios a la vez.

-¿Entonces Zetapé Zapatero también piensa intensamente en los pobres?

-Puede apostar el bigote. -dijo Pepe Blanco, que asistía a la conferencia de prensa en calidad de Eco Oicial.- Que no le toquen a sus pobres ni a sus ministras.

-Si, como sospechamos, el pensar en pobres se combina con el repaso de la historia y la concentración en las fantasías electorales, con Zeta de Zambombo, el aura será de magnitud siete. Para que me entiendan: permitirá leer en un piso de 16 metros cuadrados.

-¿Y no sera peligroso? ¿O sea, le puede dar calambre a nuestra señora doña Sonsoles al darle la fricción del crecepelo?

El halo de ZP-Z

Y ni así le llega la camisa al cuerpo

-No, alma de cántaro. El aura apenas si tendrá una pizca de voltios y ningún amperio. Los amperios son los que matan y estamos hablando de una energía renovable: tomas sardinas y obtienes voltios luminosos, que son más amables que el amperaje en general. Pero aunque a nuestra señora no le vaya a pasar nada, no podemos ignorar los problemas que padecerá el señor Zapatero.

-Todo sea por la Patria España, por la bandera de España, por el Gobierno de España y por la España mejor que soñaba... ejem: alguien lo soñó, creo. -dijo Zetapé Zapatero, sonriendo estilo querubín, que es con hoyuelos.- Y a ver cuando le da un aura al señor Rajoy y demuestra con halo lo mucho que piesa en la población y en la cosa de las civilizaciones que tenemos que trajinarnos.

-Al salir el aura -explicó otro técnico- la piel enrojece, pica durante días y hace insoportable el afeitado porque cualquier loción escuece doblemente, menos una de Kevin Klein que huele a coche nuevo.

-Pues que se deje la barbita.

-Ese conceto eletoral no es bueno. -resondió Pepe Blanco, plegando más las rajas de los ojos.- Todos los analistas coincien en que la gente con barba no ha ganado ninguna elección ni en Europa ni en Estados Unidos. Tampoco la gente con gafas o calva. Son los gajes del oficio.

-Pues bien que ganó la Tatcher. -puntuó un pelota.

-También habrá efectos colaterales de índole metafísica: no todos, pero sí muchos que echan halo sufren de levitación aleatoria. Eso pudiera pasarle a nuestro Presidente, pero se destinará a una escuadrilla en prevención de arrebatos.

-Y efectos de índole fisiológica -siguió-. Las auras cogen electricidad del cerebro, no sólo el exceso de ella sino toda la que pueden, y eso, a la fuerza, hace bajar la tensión de la bombilla intelectual. Cabe dentro de lo psible que se vea al señor Presidente del Gobierno de España algo asténico y ligero, quizá con mayores crisis de sonrisas por la desinhibición que causa la desmagnetización cerebral..

-¿O sea que se choteará?

-¡Qué me voy a chotear de los votantes y de mis pobres, asno! -intervino Zetapé Zapatero- Dígales las equivalencias, doctor.

-Los efectos, aun en los casos más extremos, serán menores a los que causa un vaso de vino en la comida.

-¿Y cuál es la tasa de alcoholemia con la que se puede conducir España?

-Apuntadme a ese. Para invitarlo a casa y que me vea cocacoleando, por supuesto. Soy presidente apacible y mediático.

-Quizá el efecto pero sea con los fotómetros -dijo otro experto con ganas de terminar antes de que se le aparecieran las dos Españas.- Con la cabeza brillante el señor Presidente puede deslumbrar a las cámaras y salir algo velado, tal vez turbio, casi como pensando en la Brigada del Amanecer de García Atadell.

-¿Cuándo será visible la aureola, señor Presidente?

-El cinco de Enero de 2008, concretamente a las seis de la tarde, cuando vaya en camello haciendo de Rey Mago Republicano para beneficiar a mis queridísimos niños.

-Y a quien Dios le ha dado la luz de la razón y del esfuerzo -terminó Pepe Blanco- que la urna no lo separe del cargo. Faro del socialismo.

(¿Y qué harán cuando llegue el día y no brille, Pepiño? -Que nos quiten lo bailado, José Luis?)

Arturo ROSBY