lunes, 22 de octubre de 2007

Píjolo mondo


Píjolo mondo (la película)

-Pon la boca redonda y las cejas p'arriba. -ordenó Pepe Blanco-. Mira a las once, como los pilotos y dí "¡Oh, Dios mío!

-Nanay, Pepiño. ¿No ves que soy un rojo de importancia? No se puede forzar tanto mi sensibilidad.

-Pero, Presidente: cualquier votante diría eso al encontrarse en tu situación.

-Esa es otra, porque no sé en que demonios de situación estoy. Que si escaleras, que si búnker...

-Verás: tú estabas en palacio, pensando en lo que piensan los presidentes amados por el pueblo, ya sabes, que si esto, que si aquello, cuando entra tu ayudante de campo. "¿Qué hay, Zenón?" .le preguntas- "Lo veo algo Zurrado". Entonces sientes interés humano y rascas la cabeza de ese setter que nos han prestado: el color melocotón hace hogareño y los detalles lo son todo. O sea, te pones en posición de consuelo, que es levantando un poco la vista, la barbilla y las orejas, y oyes con serenidad la explicación de Zenón, que si tal, que si cual y mira por donde no me lo esperaba, es decir, que a un pastor manchego se le se cayeron dos cabras, de las de hacer cabrales falso. Por un bujero que bien pudiera ser un embudo de las bombas de aviación. Así lo ha de decir Zenón, bujero, para que se note que es militar pero socialista. Además, ceceando, por el gran impacto mediático de la Z. "¿Dónde se han perdido esas cabras?" preguntas. "En CabañeroZ, Zeñor PreZidente". ¿Ves? Zetas por todas partes. Te han gastado el ZP pero no nos rendimos. La Zeta hace ambiente, como el setter. "El paZtor ha cavado aquí y allá y también Ze ha caído".

-¿Dónde? -preguntó el presidente, atrapado por el misterio.

-En lo hondo. ¿Qué más dará José Luis: es un pastor virtual. Tú dices entonces a Zenón: "¡Cielos!"

-¿Y por qué no digo "carajo", que es más socialista y viril? Lo sé en idiomas: Carall, carallo, caray. ¿Eh?

-Dices al buen Zenón "¡Zambomba!" y quedas como un señor. Te estremeces humanamente y preguntas "¿los han rescatado?" "Zí, Zeñor PreZidente, pero lo importante no eran las cabraZ, que eZtaban entretenidaZ balando y Zonando el cencerro". La cámara, que hace un plano americano de pastor encendiendo mechero, abre el campo y, entre la bruma de túnel, creemos ver una pila de bombas atómicas: se sabe porque llevan pintadas unas aes enormes. Son de esas tan cabezudas e hinchadas que tiraron en Japón. De las primeras, que eran alemanas y tenían la cabeza cuadrada. Las imágenes han substituido las explicaciones de Zenón y vemos enseguida que te pones en pie, muy dinámico, con un jersey de rombos y un gesto de confianza en ti mismo. "¿Bombas atómicas dice, Zenón? ¿Y en un parque nacional para borregas?" "Zí, Zeñor PreZidente. En la Mancha. BombaZ como camioneZ". Te apresuras, corres hacia la puerta, donde te esperará el helicóptero que vas a conducir hasta Cabañeros. La Mancha.
La confusión ZP


-¿Digo otra exclamación socialista, Pepiño? Por las barbas de Abraham que no manejo un helicóptero: debo sobrevivir a las elecciones. Más que nada por el bien de España.

-No, no, Presidente. Sólo se finge ante la cámara. Con un poco de ruido y tú metiéndole un meneillo al colector, ese palo de volar, queda propio. Serás piloto como el príncipe, que no hay nada que haga la Monarquía que no pueda hacer la Republicanía. Además, en el camino hacia el helipuerto, con una bufanda blanca de piloto de la Primera Mundial o de Snoopy, recuerdas una cosa. "Claro -dices-. Lo de Giral". Así se da suspense y misterio a la película. Mientras conduces el cóptero por el ancho cielo de Castilla-la Mancha, le cuentas la historia a un policía militar con metralleta. "Giral era Presidente del Gobierno de la República y, aunque salió por pies, siempre fue fiel a la causa". El PM hace el gesto de haberse quedado con la copla, y un negro en los asientos traseros también. Hay que poner, para que se te vea cosmopolita, negros, moros subsaharianos, hispanolatinoamericanos y algún francés: que se note que te preocupas por las civilizaciones marginadas. "Al terminar la segunda guerra mundial, Giral quería que la ONU invadiera España y le hiciera presidente por antigüedad. -dices a la concurrencia-. Por eso declaró que había dos mil y pico sabios alemanes construyendo bombas atómicas para Franco que, sin duda, las lanzaría contra Rusia, bueno era".

-No me sabía eso de Giral. ¿Y lo soltó en la ONU?

-Con dos cojones, presi.

-Ahora me explico esas bombas de cartón, apiladas ahí, que me imagino que un artillero no las amontonaría así.

-Pero así es como hacen más impresión. Puestas como una pila de leña de chimenea. La gente dice "Oooh". Y los del PP de baja graduación dirán "Oooh". Hasta los letrados de las Cortes, fíjate. Porque todos se imaginan el petardazo que pueden pegar esas bombas tan poco aerodinámicas. El grosor las hace antipáticas.

-¿Y si se chiva el fallero valenciano que te las ha hecho, Pepiño?

-Que diga lo que quiera. Con decir que es cosa de los conspiranoicos que no se han recuperado aún de la pérdida del poder y que quieren disimular lo del Prestige y lo del Irak, que parece que fue ayer.

-¿Y los niños esos de la escalera, de dónde salen?

-Son imprescindibles y, además, la gente sabe de dónde salen los niños y no pregunta. Has quedado espléndido bajando las escaleras del sótano con ellos de la mano y una fila de militares sin graduación al lado y detrás. Es una versión de los SS bajando al paso, seguros y precisos, que salió en la película de la Riefensthal, que a saber cómo se pronuncia. Una escena formidable que, si sirvió para Hitler, también te funcionará. Y luego tú, mirando a las once y diciendo "¡Oh, Dios mío!". Son exigencias del guión. Entonces la cámara te coge por detrás y se te ve frente a las bombas atómicas, cogiendo de las manos a los niños para protegerlos y rodeado de soldados sólidos pero reverentes, de algún moro y etcétera. Al pie de las bombas, Ricardo, el esqueleto de plástico, con un casco de cruz gamada, un correaje negro y una escopeta. Indica el peligro que corres y que corre el Gobierno de España. Aquellos fascistas mataron a un tío para que hiciera una guardia permanente: menos mal que estás ahí para salvarnos.

-Entonces -siguió Pepe Blanco- sonríes modelo "tripa llena", y miras a la cámara. "Cabo..."

-¿Y por qué no un general?

-Puede que no tragaran con esta versión libre. Cosas suyas. O sea, miras a la cámara y dices "Cabo, que se envíen las bombas al Irán para que vayan dialogando".

-"¿Y el muerto, Zeñór PreZidente?", dice Zenón, que es un alivio cómico y los que hacen "zopaz" dan mucha risa. Vuelves a sonreír, esta vez modelo "Mefisto" y dices dos o tres veces, con tu estilo de siempre "Al Valle de los caídos por fascista. Por fascista, si. Al Valle. ¡De los Caídos!", o algo por el estilo.

-¿Y no será abusar del público?

-El público con derecho a voto es del político que lo agarra antes.

El presidente revisó los alrededores: "Y ahora que estamos solos, menos el setter prestado, ¿cómo harás para que la gente me vea levitar antes de que salga el halo, Pepe, y sin que se vea debajo la colchoneta gorda, de pértiga?

Arturo ROBSY

Zapatero a vista de pájaro